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Imagen: Píldoras de Fe
Virgen y Fundadora de las Siervas de María. Desgastó su vida por atender a los más necesitados y los enfermos abandonados


Martirologio Romano: En Florencia, santa Juliana de Falconieri, Virgen, que fue Fundadora de las Hermanas de la Orden de Siervos de santa María Virgen, y por el Papa Clemente XII fue puesta en el número de las santas Vírgenes.

Patrona de los enfermos. Protectora contra las enfermedades del alma

Esta santa tuvo la dicha de ser sobrina de un santo (San Alejo Falconieri, hermano de su padre) y de ser dirigida espiritualmente por otro santo (San Felipe Benicio).


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Biografía

Juliana nació en Florencia en el año 1270. Era hija única de una pareja de ancianos muy ricos pertenecientes a la dinastía Falconieri. De gran tradición en la aristocracia y el clero, la familia siempre había dado grandes aportes con sus muchos santos venerados en los altares de la iglesia actual. Juliana era la sobrina de San Alejo Falconieri, uno de los siete fundadores de la Orden de los Siervos de María, y cómo él, ella también supo allanar los caminos hacia la santidad.

De niña, vivió con el corazón dedicado a las virtudes, lejos de las ambiciones terrenales y vanidades. Junto con algunas amigas, en lugar de hacer bromas típicas de la edad, prefirió cantar y orar al Niño Jesús y a la Virgen María.

A los quince años de edad, hizo un voto de castidad, uniéndose a la Orden de los Siervos de María, bajo la dirección de Felipe Benicio, hoy santo.

Juliana recibió el apoyo de sus amigos aristócratas y con el apoyo de los religiosos, comenzó a visitar los hospitales y desarrollar docenas de actividades caritativas y filantrópicas. Estos jóvenes se organizaron de tal manera que decidieron formar su propia institución. Con la inspiración de las reglas escritas por Juliana, fundó la Congregación de las Siervas de María, también llamada "Mantellate," una referencia al hábito que llevan. Solicitó y obtuvo la aprobación canónica de su orden en el 1304.

La dedicación a la caridad de Juliana fue tan radical, que se desvivió por dedicar su vida por los pobres y enfermos, a vivir una vida de oraciones contemplativas y penitencias que terminaron enfermándola. Sin embargo, ella seguía durmiendo en el suelo y haciendo los ayunos tal cual lo establecían las reglas dictadas por ella misma.

Con el transcurrir del tiempo, Juliana comenzó a sufrir fuertes dolores estomacales, y se hicieron tan frecuentes que luego se convertirían en una enfermedad crónica, con un dolor muy severo.

Sin embargo, aún llena de dolores, Juliana no disminuyó sus penitencias, incluso se dedicó con más fervor a trabajar por los pobres y los enfermos abandonados. A los setenta años de edad, sus problemas gástricos eran tan grave que no podía retener ningún alimento.

El 10 de junio 1341, justo momentos antes de morir, Juliana preguntó al sacerdote si podía colocar una Hostia consagrada en su pecho, y así lo hizo el Sacerdote, entonces Juliana, pronunciando las palabras: "Mi dulce Jesús", se fue dulcemente al Reino de Dios.

Al preparar su cuerpo para el entierro, las hermanas encontraron en su pecho un moretón, como especia de una Hostia impresa en su carne y en el centro de la imagen estaba Jesús crucificado. En recuerdo de este milagro, las hermanas "Mantellate" llevan en el lado izquierdo del escapulario, una imagen de una Hostia.

Santa Juliana Falconieri fue Canonizada en 1737 por el Papa Clemente XII

Oración: Señor mío, que consolaste en su lecho de muerte a la bienaventurada Juliana, tu virgen santa, alimentándola milagrosamente con el precioso cuerpo de tu divino Hijo, te suplicamos, en nombre de sus méritos, que, alimentados y fortificados en nuestra última hora por el divino Viático, logremos llegar a la patria celestial. Por nuestro Señor Jesucristo tu Hijo. Amén

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PildorasdeFe.net | Biografía de Santos y Beatos

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