
Al pronunciar nuevamente un discurso tras casi 40 días de silencio, la presidenta Cristina Kirchner anunció ayer un programa destinado a atender la delicada situación social que atraviesan 1,5 millones de jóvenes, "estamos consolidando un sistema de seguridad social sin precedentes en nuestra historia" con "una política de Estado", sostuvo. Pero omitió aludir a temas que también inquietan y preocupan a la mayoría de los argentinos como los cortes de luz, la inflación y el dólar.

En medio de la polémica por los subsidios millonarios, el Gobierno decidió ampliarlos en más de 11.000 millones de pesos anuales, al poner en marcha el plan Progresar, destinado a ayudar a jóvenes de entre 18 y 24 años desempleados o con trabajos informales, siempre y cuando estudien.
El subsidio será de 600 pesos mensuales y beneficiará a 1.550.000 jóvenes, según anunció la presidenta Cristina Kirchner, en un acto en la Casa Rosada.
Al hablar en el salón de las Mujeres del Bicentenario, en la Casa Rosada, frente a casi todo el gabinete nacional y numerosos invitados, la Presidenta recordó que este programa nació con la Asignación Universal por Hijo y el lanzado ahora "es de respaldo a estudiantes de la Argentina",
"Pero esto no fue por arte de magia ni casualidad, lo pudimos hacer porque contamos con los recursos de la recuperación de la administración de los fondos de las trabajadores", remarcó.
En ese sentido, precisó que "este programa no lo financia la Anses, lo financia el Tesoro nacional"
El nuevo plan social le sumará presión a las cuentas públicas, en un momento en que las arcas públicas están exhaustas y el déficit se proyecta a los 100.000 millones anuales. Por mes, el Plan Progresar costará unos 930 millones de pesos, representando anualmente unos 11.160 millones de pesos
Más adelante la jefa de Estado sostuvo que "debemos llegar a la utopía de una sociedad absolutamente igualitaria".
Cristina, acompañada por legisladores, organizaciones sociales, sindicales, de derechos humanos, representantes de todos los credos religiosos, señaló que "hay que buscar a los jóvenes para que vayan al colegio, yo sola no puedo".
"El Estado solo no puede", insistió y agregó que "ningún gobierno puede trabajar en soledad".
En esa línea, analizó que "hay que ir a los territorios y trabajar junto a los que más lo necesitan, junto a los que más demandan la presencia de sus semejantes".
Luego se refirió a las agresiones que sufrieron jóvenes de la agrupación La Cámpora por parte de la policía comunal del intendente radical de San Isidro, Gustavo Posse.
¿"Para eso querían la policía comunal"? se preguntó la jefa de Estado.
En medio de la algarabía y advertencias lanzadas por los militantes en la Casa Rosada, repitiendo "si la tocan a Cristina, qué quilombo se va armar", la Presidenta prefirió evitar tocar los asuntos más candentes.
Ni una palabra presidencial sobre inflación, inseguridad ni dólar, las variables que generan las mayores incertidumbre de la hora, dejaron un sabor a poco ante la expectativa generada por el regreso verbal de la mandataria.
"Hay que incorporar a la gente al trabajo, hay que organizar que la sociedad defienda sus derechos y conquistas, para mejorar la vida de su barrio y su territorio", le pidió la presidenta a los militantes.
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