Hoy también se festeja a:
Resumen: En Calamina (cerca de Madrás en la India). Fiesta de Santo Tomás Apóstol, quien, no creyendo que Jesús se le apareció a los otros discípulos después de ser sepultado, Jesús se le aparece y le dice que meta su dedo en la herida de su costado traspasado, exclamando: "¡Señor mío y Dios mío". Con ese impulso de fe, se cree que fue a predicar la palabra del Evangelio a los Partos y finalmente entre los pueblos de la India, donde convirtió a numerosas tribus al cristianismo. Fue atravesado por lanzas por orden del rey.
Santo Tomás, pasó de ser el discípulo que en un principio no creía en la resurrección de Jesús, a ser uno de los primeros testigos de la fe en la Iglesia primitiva al confesar la divinidad del Señor. La Iglesia ha sido por siempre amante del testimonio de este Apóstol y todos los días en la Santa Misa, pone en nuestra boca esas palabras sencillas mediante el cual se expresa el fervor de la restauración de nuestra fe: "¡Señor mío y Dios mío!".
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Biografía
El nombre de Santo Tomás, en arameo (Te´oma) y griego (Dídimo) significa "gemelo"; En el Evangelio de Juan (11,16) lo identifica como "Tomás, llamado el Mellizo"
En raras ocasiones durante la vida de Jesús qué él se destacan entre sus colegas. No es la instancia antes de la resurrección de Lázaro, cuando Jesús estaba todavía en Perea y Tomás exclamó: "Vamos también nosotros y muramos con Él." Más conocida es su expresión de incredulidad después de la muerte del Señor, dando lugar a la frase "Tomás el incrédulo". Sin embargo, el pasaje evangélico que describe el incidente se encuentra entre los más conmovedores de las Sagradas Escrituras.
Se sabe que Santo Tomás predicó el Evangelio en Asia más allá de las fronteras del Imperio Romano, probablemente en Persia y, posiblemente, en lugares tan lejanos como la India.
En las lecciones dadas en los escritos del Papa San Gregorio Magno, hace las siguientes reflexiones con respecto a la vida de Santo Tomás:
"Más provechosa fue para nuestra fe la incredulidad de Tomás que la fe de los otros discípulos, ya que, al ser él inducido a creer por el hecho de haber palpado, nuestra mente, libre de toda duda, es confirmada en la fe. De este modo, en efecto, aquel discípulo que dudó y que palpó se convirtió en testigo de la realidad de la resurrección.
Palpó y exclamó: «¡Señor mío y Dios mío!» Jesús le dijo: «¿Porque me has visto has creído?» Como sea, el apóstol Pablo dice: La fe es seguridad de lo que se espera y prueba de lo que no se ve, es evidente que la fe es la plena convicción de aquellas realidades que no podemos ver, porque las que vemos ya no son objeto de fe, sino de conocimiento. Por consiguiente, si Tomás vio y palpó, ¿cómo es que le dice el Señor: Porque me has visto creído? Pero es que lo que creyó superaba a lo que vio. En efecto, un hombre mortal no puede ver la divinidad. Por esto, lo que él vio fue la humanidad de Jesús, pero confesó su divinidad al decir: ¡Señor mío y Dios mío! Él, pues, creyó, con todo y que vio, ya que, teniendo ante sus ojos a un hombre verdadero, lo proclamó Dios, cosa que escapaba a su mirada" (San Gregorio Magno, Papa. Homilía. ¡Señor mío y Dios mío!)
Su pasión por Jesús se expresa claramente en el Evangelio de Juan (11,5-16) cuando Jesús planeaba regresar a Judea para ir a ver a su amigo Lázaro quien había muerto, y los discípulos con un tono de incredulidad le advertían: «Maestro, hace poco los judíos querían apedrearte, ¿y quieres volver allá?"» (v 11,8), a la que luego, Santo Tomás respondió: "Vayamos también nosotros a morir con él"
En la Última Cena (Juan 14,1-7) Santo Tomás comprendió bien lo que quiso decir Jesús quiso cuando dijo: "Y cuando haya ido y les haya preparado un lugar, volveré otra vez para llevarlos conmigo, a fin de que donde yo esté, estén también ustedes. Ya conocen el camino del lugar adonde voy." Por lo que luego le dijo al Señor: "Señor, no sabemos adónde vas. ¿Cómo vamos a conocer el camino?" Y Jesús le respondió, "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida".
Una de las frases más conocidas en el mundo por este Santo, se desarrolla luego de la Resurrección de Jesús, en el Evangelio de Juan (20,19-29), cuando, el incrédulo Tomás, le dijo abiertamente a los demás discípulos que no creería hasta metiera sus dedos en sus llagas; es entonces que Jesús se aparece en medio de sus discípulos y le dice a Santo Tomás que toque sus heridas, a lo que, el Santo exclama una verdad irrefutable que hasta los tiempos actuales, todos los cristianos católicos repetimos cada día en cada Misa celebrada en mundo: ¡Señor mío y Dios mío!. Santo Tomás se convierte en la primera persona en reconocer la divinidad de Jesús.
Las historias que se ciñen luego de estos hechos, sobre la vida de Tomás, son muy inciertas. La tradición cristiana coloca a Santo Tomás predicando la Palabra de Dios y realizando su apostolado en la India, donde es reconocido como el fundador de la Iglesia de los Malabar cristianos sirios, o cristianos de Santo Tomás.
En los Hechos apócrifos de Tomás, originalmente compuesto en siríaco, su martirio se cita bajo el dominio del rey de Mylapore en Madrás (India) en donde muere atravesado por lanzas por orden del rey.
Sus reliquias, sin embargo, fueron llevadas a Occidente y finalmente consagradas en Ortona, Italia.
Santo Tomás es patrono de aquellos que luchan contra la duda; arquitectos; ciegos; trabajadores de la construcción; albañiles; Jueces canteros y teólogos
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PildorasdeFe.net | Biografía de Santos y Beatos
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