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Foto: EDXD | 

La asamblea de Nuevo Torino fue contundente: si no aumenta la leche de julio los productores volverán a bloquear las industrias y tirarán la producción. El instinto de supervivencia tambera planteó la unidad del sector más allá de los dirigentes. Silbidos para tamberos convertidos en funcionarios nacionales.



Más que nunca, la semana entrante será clave para el futuro inmediato de los tamberos. Una especie de “día D” llegará el jueves 2 de agosto, cuando los referentes sectoriales asistan al encuentro con la industria pautado en el Ministerio de Agricultura de la Nación. Significará el corolario de un proceso que se inició, en los primeros meses del año, con falsas promesas de subas en el precio de la materia prima por parte de los procesadores; continuó con la toma de usinas lácteas a comienzos de julio ante el anuncio de una brusca baja; y se coronó el martes pasado con la decisión unánime de cientos de productores, reunidos en Nuevo Torino, de tirar la producción si no se recompone el precio de la leche cruda inmediatamente. No hay más plazo que ese, ni siquiera para seguir conversando.

No les fue fácil a los dirigentes de la Mesa de Productores de Leche de Santa Fe (Meprolsafe), Federación Agraria y las sociedades rurales de Las Colonias y Rafaela contener la ira de los asistentes. Desesperados, cobrando por debajo de los costos y desfinanciados ante la próxima siembra de reservas para el próximo año -y, sobre todo, hartos de las eternas e infructuosas “negociaciones”- no querían esperar al jueves para volver a paralizar las usinas. Pero primó la cordura y la inteligencia: es necesario continuar el proceso negociador y no puede hacerse con medidas de fuerza; además, una apuesta como la votada necesita ser organizada ya que, de lo contrario, estaría condenada al fracaso.

Los argumentos

La asamblea, de la que participaron unos 400 productores de Santa Fe y Córdoba, se inició con una exposición del titular de Meprolsafe, Oscar Poi, sobre la situación actual del mercado lácteo y la capacidad de pago de las industrias, según un estudio técnico realizado por la entidad. En función de los valores a los que se colocan los productos industrializados, combinando mercado interno y externo, “la capacidad de pago de la industria es de $1.99 por litro, con un mínimo de $1.71”, señaló el dirigente. Apoyado en una presentación de diapositivas, mostró cómo el precio que hoy cobra el tambero apenas representa el 28/30% de lo que paga un consumidor por un sachet de leche entera en góndola, mientras en 2008 esa proporción era del 49%. También, que el promedio de la tonelada de leche en polvo (entera, en bolsas de 25kg) exportada en abril fue de u$s3.939, en mayo de u$s3.523 y con una proyección a junio de u$s3.369 (aunque hay operaciones cerradas a u$s4.032), por lo que “podrían habernos pagado a esos valores $1.80 el litro, pero se agarraron de las bajas de Fonterra y de eso no vimos nada”. La estadística oficial indica que, en Santa Fe, los productores cobraron en junio un promedio de $1,554, el mismo valor que un año atrás (y $0.011 menor a mayo).

Al momento de trazar un “escenario” para 2012, la entidad destacó que hay buen estado de los rodeos y reservas suficientes, combinación que incrementará la producción de leche. “Sin intervención del Estado, se profundizará la sobreoferta y será similar a las de 1999, 2002 y 2007”, anticipó el presidente, y lo reforzó advirtiendo que “cuando hay baja renta el productor trata de ordeñar más litros para sostener la facturación mensual”.

La mística perdida

Una vez expuesta la información, los dirigentes abrieron el debate. Lo coordinó el titular de la Sociedad Rural de Las Colonias, Gustavo Vionnet, y aportaron Gustavo Colombero (Federación de Centros Tamberos) junto a los referentes de Federación Agraria Daniel Oggero y Guillermo Gianassi.

Vionnet hizo una breve reseña, recordando el pedido inicial de los productores para una recomposición de 15% en el precio de la leche para todo el año; el paso en falso del CIL y su amague de aumentar 7% en marzo; y la manifestación frente a Williner del mismo mes, una observación clave para explicar la necesidad de organización. “Había muy pocos productores; tenemos tropa sólo cuando nos tapa el agua; los industriales lo vieron y aprovecharon para iniciar las bajas en mayo, nunca antes se había visto una baja para ese mes”, reflexionó.

Sin embargo, también destacó el efecto que tuvieron las últimas acciones. “Se hizo una toma espontánea en Suardi, que se replicó en varias plantas más, y se dio una situación inédita: se tiró leche. A raíz de eso se produjo otro hecho que nunca había visto: que las industrias llamen a negociar en menos de dos días”.

Cara a cara con los 400 asistentes, el dirigente esperancino se preguntó “¿por qué somos tantos?”. Confesó que la explosión lo sorprendió porque “yo la esperaba para septiembre” y arengó: “si acá hubiera 50 personas nos pasan por arriba”. También fue él quien, sobre el cierre del encuentro, sinceró una “crisis de representatividad” a raíz de divisiones internas entre la dirigencia, razón por la cual dijo: “no iremos a la cabeza de los reclamos, sino que acataremos las decisión de las bases”.

Manos arriba

Acto seguido tomaron la palabra los productores. Todo un síntoma, lo primero que se escuchó fue que “cuando se hicieron los bloqueos, los grandes productores se apuraron con sus tractores y cisternas a entregar su leche”. Y otro, que explica la devaluación de los dirigentes: “ya anduvimos corriendo atrás de Socín (Roberto, ex titular de Meprolsafe y actual funcionario nacional), él terminó en el gobierno y todo sigue igual”. También alguien dijo: “yo no puedo bloquear mi industria porque me conocen y me marcan; después me dejan y no me toma ninguna otra, porque acuerdan entre ellas”; su propuesta fue -llegado el caso- que los tamberos accionen sobre plantas ajenas. Inocentemente, si se lo contrasta con la primera opinión, otro propuso “no entreguemos la leche y listo, para qué ir a bloquear las industrias si nosotros no le mandamos la producción”.

La posición más dura la tuvieron los referentes de la cuenca Morteros – Suardi, donde se iniciaron los bloqueos en la noche del jueves 5 de julio sobre la planta de Verónica. Gabriel Manavella tomó el micrófono y dijo con contundencia: “estamos preparados para si o si el día 3 cortar las plantas; no sólo si no se alcanza un acuerdo, sino ante una postergación del encuentro, que es uno de nuestros temores. Sería muy lindo ponernos de acuerdo en no entregar la leche, pero en Morteros y en Suardi también hubo problemas entre productores”. Luego afirmó que ya están organizados: “la gente ya se inscribió y se repartieron los turnos; también tenemos los celulares de los referentes. Si el jueves no hay respuesta, apenas termine la reunión en Buenos Aires hacemos los llamados y se toman todas la plantas”.

Tras varias intervenciones más se acordó reclamar la recomposición del 15%, descartando un pedido de $2 por litro para compensar el paso del tiempo desde que se iniciaron las gestiones y el efecto de la inflación. Al respecto se postuló idear un mecanismo que permita, sobre los precios de un mix de productos industrializados, una actualización automática del valor de la leche cruda.

Para cerrar, Vionnet lanzó la pregunta más incómoda de la noche: “que levante la mano quien este dispuesto a tirar su leche”. Cuatrocientos brazos se alzaron al unísono.

Por Juan Manuel Fernández – Campo Litoral – El Litoral.

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