En
marco del Taller Nidera Semillas en Córdoba, se concluyó que el maíz
sigue aumentando su participación en las rotaciones agrícolas y le gana
terreno a la soja. (Foto Arch.: Télam)
El
maíz sigue aumentando su participación en las rotaciones agrícolas y le
gana terreno a la soja. Esa tendencia remarca la necesidad de los
productores de contar con híbridos de alto rendimiento y buena
estabilidad productiva.
“En nuestro grupo ya hemos encarado un programa de trabajo destinado a analizar los efectos de hacer maíz sobre maíz”. El comentario de Pablo Solfanelli -asesor del grupo Río Seco, integrado por 10 productores del norte de Córdoba-, es una muestra de la creciente participación del cultivo de maíz en las rotaciones de esa región. El técnico compartió el panel con representantes de las zonas centro y sur de esa provincia en el Taller de Maíz que se realizó hace pocos días organizado por Nidera Semillas en Córdoba.
Coordinado por Rodrigo Bosch, gerente del Servicio Técnico de Nidera en el Norte de Córdoba y el NOA, los panelistas describieron en primer lugar las rotaciones utilizadas en sus zonas. Solfanelli comentó que desde hace más de 7 años la mitad de las empresas de Río Seco tienen más del 50% de maíz y que en los últimos 4 años alcanzaron ese nivel la totalidad de los campos del grupo. “El otro 50% es soja –explicó el asesor- y sólo en los años que llueve muy bien en el otoño se puede hacer trigo. Algunas de las empresas ya están planificando llevar la proporción de maíz al 70%, eso quiere decir que hay muchos lotes que van a ir a maíz sobre maíz”.
“Esa tendencia surge de resultados económicos que se apoyan en los resultados productivos –dijo Solfanelli-, ya que encontramos que con la tecnología que estamos utilizando en maíz la performance del cultivo es mucho más alta que la de soja. Eso lleva a que en años muy malos la relación tiende a 5, es decir que frente a 10 quintales de soja obtenemos 50 quintales de maíz. Ese rinde de la soja nos deja afuera en el resultado económico, mientras que el de maíz nos alcanza para pagar costos directos e indirectos, esto es a nivel general porque esa relación varía en cada empresa. Es distinto cuando los años son buenos, dado que la relación baja a 2,5, beneficiando más a la soja, pero a nosotros lo que nos importa es ´no pegarnos la piña´, esto quiere decir tener rendimientos en años malos que permitan mantener la continuidad de la empresa”.
“Para lograrlo –agregó-, atrasamos la fecha de siembra, bajamos densidades, usamos híbridos de alta gama y, por supuesto, empleamos todas las estrategias tendientes al buen manejo del agua”.
Fabián Grosso, de General Cabrera, explicó que la zona centro de Córdoba es muy manicera, por lo tanto la participación del maíz es menor que en otras regiones. Allí, los lotes que salen de maní van a trigo, luego a soja y posteriormente a maíz. Por lo tanto, en el esquema de rotación el maíz participa en alrededor del 30%. Por su parte, Gonzalo Laborde, de Vicuña Mackenna, planteó que en el sur de la provincia mantiene distintos índices de rotación, pero que la participación del maíz no baja del 40 a 50%, tanto en campos propios como alquilados.
En respuesta al crecimiento maicero, Nidera presentó en el taller tres híbridos que, en su portafolio de cultivares de alta gama, responden a la necesidad actual de los productores en materia de altos rendimientos y estabilidad productiva. A la vez se presentan en distintas versiones que permiten cerrarle el paso a las malezas duras. “Esto es parte de la visión de la compañía sobre la necesidad de rotar los principios activos de los herbicidas”, explicó Bosch.
El primero es el híbrido AX 852, con 116 días de madurez relativa, que ofrece una buena adaptación a fechas de siembra que permiten diversificar la floración de manera de escapar de los períodos críticos, una característica muy importante para los planteos maiceros del norte de Córdoba. Este material ya se encontraba disponible en la versión MGRR, con resistencia a Diatraea y a glifosato, y en la versión HX resistente a oruga cogollera y a glufosinato de amonio, y ahora fue presentado en la versión HCL MG que tiene resistencia a Diatraea y a imidazolinonas.
El segundo híbrido presentado fue el AX 887, un ciclo completo de 118 días de madurez relativa, que se encuentra en la versión MG a la que ahora se agregaron las versiones TD/TG, con resistencia a glifosato y a insectos, y HCL MG con resistencia a imidazolinonas y control de diatraea.
El tercer cultivar es el AX 7822 TDM. “Se trata de un híbrido de una generación totalmente nueva y distinto a lo que teníamos –explicó Bosch-, con altísimo potencial de rendimiento, que llega en la versión TD MAX con tolerancia a insectos”.
Malezas duras
Julián Oliva se encargó de describir la situación de la provincia de Córdoba frente a las malezas duras y las posibles vías de acción. Señaló que esas especies se pueden dividir en dos grupos, las otoñales entre las que se destacan la rama negra y el senecio plateado -que son las que generan mayores problemas en los barbechos otoñales-, y las primavero estivales entre las que mencionó a Gomphrena pulchella, Gomphrena perennis, sorgo de Alepo resistente, Chloris, Borreira verticillata (“que es un gran problema, ya que no es la primera en hectáreas afectadas pero sí en la dificultad que ofrece para su control químico”) y Amaranthus palmeri (“que está comenzando a emerger pero que habrá que tener en cuenta porque ya hay entre 80 y 90 mil hectáreas de la provincia que, en distinto grado, tienen ejemplares de esta maleza”).
Al referirse al control de sorgo de Alepo resistente, Oliva recomendó tener en cuenta a “la vieja agronomía”, rescatando los conocimientos sobre la ecología de esta maleza que recomiendan el trozado de rizomas, control de semillas, el uso de pre emergentes, la utilización de las sumas térmicas para definir los momentos oportunos de control y el uso de híbridos de maíz con eventos como el HX -que permite el uso de glufosinado de amonio- y el Clearfield –para la aplicación de imidazolinonas. “Estos eventos también son alternativas válidas para Gomphrena, Borreira y Amaranthus palmeri”, dijo el técnico.
La prevención fue señalada por Oliva como la principal herramienta para el combate de las malezas difíciles. Entre ellas destacó la limpieza de la cosechadora. “En lotes de Santiago del Estero estamos viendo la presencia de Gomphrena y Borreira cuyas semillas han sido llevadas en las máquinas de los productores cordobeses que alquilan campos en aquella zona”, indicó.
Para finalizar, el especialista puntualizó sus recomendaciones: capacitarse, reconocer temprano las malezas, planificar los lotes con anticipación (“Esto incluye diagnosticar el problema de malezas del lote para elegir el híbrido con la tecnología adecuada y prever anticipadamente el abastecimiento del agroquímico”), cuidar la calidad de la aplicación de los herbicidas (“En muchos casos tenemos que usar productos de contacto cuya aplicación es determinante de la eficacia del tratamiento”), la rotación de principios activos (“Para preservar a las nuevas tecnologías”) y la rotación de cultivos.
“En nuestro grupo ya hemos encarado un programa de trabajo destinado a analizar los efectos de hacer maíz sobre maíz”. El comentario de Pablo Solfanelli -asesor del grupo Río Seco, integrado por 10 productores del norte de Córdoba-, es una muestra de la creciente participación del cultivo de maíz en las rotaciones de esa región. El técnico compartió el panel con representantes de las zonas centro y sur de esa provincia en el Taller de Maíz que se realizó hace pocos días organizado por Nidera Semillas en Córdoba.
Coordinado por Rodrigo Bosch, gerente del Servicio Técnico de Nidera en el Norte de Córdoba y el NOA, los panelistas describieron en primer lugar las rotaciones utilizadas en sus zonas. Solfanelli comentó que desde hace más de 7 años la mitad de las empresas de Río Seco tienen más del 50% de maíz y que en los últimos 4 años alcanzaron ese nivel la totalidad de los campos del grupo. “El otro 50% es soja –explicó el asesor- y sólo en los años que llueve muy bien en el otoño se puede hacer trigo. Algunas de las empresas ya están planificando llevar la proporción de maíz al 70%, eso quiere decir que hay muchos lotes que van a ir a maíz sobre maíz”.
“Esa tendencia surge de resultados económicos que se apoyan en los resultados productivos –dijo Solfanelli-, ya que encontramos que con la tecnología que estamos utilizando en maíz la performance del cultivo es mucho más alta que la de soja. Eso lleva a que en años muy malos la relación tiende a 5, es decir que frente a 10 quintales de soja obtenemos 50 quintales de maíz. Ese rinde de la soja nos deja afuera en el resultado económico, mientras que el de maíz nos alcanza para pagar costos directos e indirectos, esto es a nivel general porque esa relación varía en cada empresa. Es distinto cuando los años son buenos, dado que la relación baja a 2,5, beneficiando más a la soja, pero a nosotros lo que nos importa es ´no pegarnos la piña´, esto quiere decir tener rendimientos en años malos que permitan mantener la continuidad de la empresa”.
“Para lograrlo –agregó-, atrasamos la fecha de siembra, bajamos densidades, usamos híbridos de alta gama y, por supuesto, empleamos todas las estrategias tendientes al buen manejo del agua”.
Fabián Grosso, de General Cabrera, explicó que la zona centro de Córdoba es muy manicera, por lo tanto la participación del maíz es menor que en otras regiones. Allí, los lotes que salen de maní van a trigo, luego a soja y posteriormente a maíz. Por lo tanto, en el esquema de rotación el maíz participa en alrededor del 30%. Por su parte, Gonzalo Laborde, de Vicuña Mackenna, planteó que en el sur de la provincia mantiene distintos índices de rotación, pero que la participación del maíz no baja del 40 a 50%, tanto en campos propios como alquilados.
En respuesta al crecimiento maicero, Nidera presentó en el taller tres híbridos que, en su portafolio de cultivares de alta gama, responden a la necesidad actual de los productores en materia de altos rendimientos y estabilidad productiva. A la vez se presentan en distintas versiones que permiten cerrarle el paso a las malezas duras. “Esto es parte de la visión de la compañía sobre la necesidad de rotar los principios activos de los herbicidas”, explicó Bosch.
El primero es el híbrido AX 852, con 116 días de madurez relativa, que ofrece una buena adaptación a fechas de siembra que permiten diversificar la floración de manera de escapar de los períodos críticos, una característica muy importante para los planteos maiceros del norte de Córdoba. Este material ya se encontraba disponible en la versión MGRR, con resistencia a Diatraea y a glifosato, y en la versión HX resistente a oruga cogollera y a glufosinato de amonio, y ahora fue presentado en la versión HCL MG que tiene resistencia a Diatraea y a imidazolinonas.
El segundo híbrido presentado fue el AX 887, un ciclo completo de 118 días de madurez relativa, que se encuentra en la versión MG a la que ahora se agregaron las versiones TD/TG, con resistencia a glifosato y a insectos, y HCL MG con resistencia a imidazolinonas y control de diatraea.
El tercer cultivar es el AX 7822 TDM. “Se trata de un híbrido de una generación totalmente nueva y distinto a lo que teníamos –explicó Bosch-, con altísimo potencial de rendimiento, que llega en la versión TD MAX con tolerancia a insectos”.
Malezas duras
Julián Oliva se encargó de describir la situación de la provincia de Córdoba frente a las malezas duras y las posibles vías de acción. Señaló que esas especies se pueden dividir en dos grupos, las otoñales entre las que se destacan la rama negra y el senecio plateado -que son las que generan mayores problemas en los barbechos otoñales-, y las primavero estivales entre las que mencionó a Gomphrena pulchella, Gomphrena perennis, sorgo de Alepo resistente, Chloris, Borreira verticillata (“que es un gran problema, ya que no es la primera en hectáreas afectadas pero sí en la dificultad que ofrece para su control químico”) y Amaranthus palmeri (“que está comenzando a emerger pero que habrá que tener en cuenta porque ya hay entre 80 y 90 mil hectáreas de la provincia que, en distinto grado, tienen ejemplares de esta maleza”).
Al referirse al control de sorgo de Alepo resistente, Oliva recomendó tener en cuenta a “la vieja agronomía”, rescatando los conocimientos sobre la ecología de esta maleza que recomiendan el trozado de rizomas, control de semillas, el uso de pre emergentes, la utilización de las sumas térmicas para definir los momentos oportunos de control y el uso de híbridos de maíz con eventos como el HX -que permite el uso de glufosinado de amonio- y el Clearfield –para la aplicación de imidazolinonas. “Estos eventos también son alternativas válidas para Gomphrena, Borreira y Amaranthus palmeri”, dijo el técnico.
La prevención fue señalada por Oliva como la principal herramienta para el combate de las malezas difíciles. Entre ellas destacó la limpieza de la cosechadora. “En lotes de Santiago del Estero estamos viendo la presencia de Gomphrena y Borreira cuyas semillas han sido llevadas en las máquinas de los productores cordobeses que alquilan campos en aquella zona”, indicó.
Para finalizar, el especialista puntualizó sus recomendaciones: capacitarse, reconocer temprano las malezas, planificar los lotes con anticipación (“Esto incluye diagnosticar el problema de malezas del lote para elegir el híbrido con la tecnología adecuada y prever anticipadamente el abastecimiento del agroquímico”), cuidar la calidad de la aplicación de los herbicidas (“En muchos casos tenemos que usar productos de contacto cuya aplicación es determinante de la eficacia del tratamiento”), la rotación de principios activos (“Para preservar a las nuevas tecnologías”) y la rotación de cultivos.
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