El Papa Francisco, que sigue suscitando entusiasmo entre los católicos, lanzó este domingo de Pascua un mensaje por la paz en el mundo, condenando la violencia en Siria y las divergencias entre las dos Coreas, y denunció el tráfico de drogas y de personas, "la esclavitud del siglo XXI".
Coincidiendo con la mayor fiesta del cristianismo y ante cerca de 250.000 fieles de todo el mundo congregados en la plaza de San Pedro del Vaticano, el Papa latinoamericano pidió a los católicos que transformen "la muerte en vida, el odio en amor, la venganza en perdón, la guerra en paz".
Cumpliendo con la tradición del domingo de Pascua, Francisco condenó desde el balcón de la basílica de San Pedro los grandes conflictos que devastan el mundo, sobre todo en Oriente Medio, África y Asia.
El Papa evitó mencionar específicamente los problemas de América Latina, su región, aunque condenó muchos de los males que la azotan, entre ellos el tráfico de droga y de personas.
"Paz a todo el mundo, aún tan dividido por la codicia", clamó el papa latinoamericano antes de denunciar "la violencia ligada al tráfico de la droga y la explotación inicua de los recursos naturales", así como la "trata de personas, la mayor esclavitud del siglo XXI", recalcó.
El Pontífice, que respeto puntualmente el texto que tenía preparado y habló sólo en italiano, condenó a "quienes buscan fáciles ganancias" y el "egoísmo que amenaza la vida humana y la familia".
También pidió "una solución política" para "la amada" Siria, donde numerosos "refugiados están esperando ayuda y consuelo".
"¡Cuánta sangre derramada! Y ¿cuánto dolor se ha de causar todavía, antes de que se consiga encontrar una solución política a la crisis?" en Siria, lamentó al instar también la paz para Oriente Medio, en particular entre israelíes y palestinos, así como para Irak.
Al hablar de Asia instó a que se "superen las divergencias" en la península coreana y "madure un renovado espíritu de reconciliación".
"Paz a esta Tierra nuestra. Que Jesús resucitado traiga consuelo a quienes son víctimas de calamidades naturales y nos haga custodios responsables de la creación", agregó poco antes de impartir la bendición y saludar a los fieles con un "¡Buena fiesta de Pascua!".
Cadena3
Multitudinario Vía Crucis del Padre Ignacio en Rosario
Unas 300 mil personas participaron anoche del Vía Crucis encabezado por el padre Ignacio Peries en el populoso barrio Rucci, ubicado en la zona norte de Rosario.
El sacerdote, oriundo de Sri Lanka y a quien le atribuyen poderes sanadores, volvió a convocar a una multitud como realiza cada año en la parroquia Natividad del Señor.
El buen clima de otoño, con un temperatura de 24 grados, acompañó a los fieles. "Estimamos que participaron unas 300 mil personas", comentó a DyN, el jefe de Orden Público de la policía rosarina, comisario Juan Cabral.
Los fieles recorrieron unos cuatro kilómetros en los que se recrean las 14 estaciones de la vía dolorosa de Jesús. Allí participaron feligreses procedentes de ciudades y localidades de distintas provincias y de Uruguay, Chile y Brasil; todos se congregaron a partir de las 20.30 en las inmediaciones del templo.
Los promesantes recorrieron las estaciones del vía dolorosa, acompañados por tres cruces de madera y en la primera estación, los servidores regalaron miles de cruces de madera y rosarios. Varios vehículos acompañaron la marcha para llevar personas con problemas de salud o con discapacidades físicas. En tanto, más de un millar de efectivos policiales de la Unidad Regional II, personal de la Guardia Urbana Municipal (GUM), de la Cruz Roja, médicos y enfermeros del Sistema de Emergencia Sanitaria (Sies), prestaron asistencia a los fieles junto a unos 600 servidores de la parroquia.
Luego de completar la caminata, los fieles llegaron a la intersección de Camino de los Granaderos y Palestina, desde donde el sacerdote impartió la bendición.
El carisma del padre Ignacio hizo que este Vía Crucis creciera hasta dimensiones impensadas por el propio arzobispado de Rosario, que no siempre acompañó esta manifestación de fe. El primero congregó a unas 500 personas, el segundo 1.500, ya en el tercero fueron más de 5.000 participantes. Desde entonces la convocatoria fue en constante aumento, incluso en el 2008 cuando se hizo bajo una intensa lluvia.
En horas de la madrugada Ignacio, como es tradición, hizo la adoración de la cruz y renovó los votos sacerdotales recordando su consagración en julio de 1979 en Londres. La parroquia Natividad del Señor, ubicada en calle Mena 2284, es hoy receptora de una de las manifestaciones de la fe católica más trascendente de la Argentina junto a Luján y al culto de la Virgen de los Milagros, en Salta.
Cada fin de semana, o en celebraciones religiosas especiales, decenas de miles de personas buscan las bendiciones y las imposiciones de manos del padre Ignacio. Sin embargo, el propio sacerdote dice no ser un sanador sino simplemente un hombre que transmite el designio divino, destacando que "Dios está detrás mío, usándome como su instrumento", dijo en reiteradas oportunidades.
Por otra parte, el arzobispo rosarino, monseñor José Luis Mollagham, presidió la celebración litúrgica de la pasión y muerte de Jesús en la Catedral. A las 20.30, en el Patio Cívico del Monumento a la Bandera, se efectuó el Vía Crucis Viviente Arquidiocesano, donde se escenificaron las 14 estaciones.
DyN | El Litoral
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