El Sumo Pontífice apuntó a una reforma de la Iglesia para que sea más misionera. Denunció la economía actual dominada por la "idolatría del dinero".
El papa Francisco denunció hoy que la economía actual, dominada por la "idolatría del dinero", promueve una exclusión y desigualdad que "mata", al tiempo que llamó a una "conversión pastoral" y reforma de la Iglesia para que sea más misionera.
Así lo afirmó en el documento de 142 páginas "Evangelii Gaudium" (La alegría del Evangelio), publicado por el Vaticano, el primer texto del pontificado del argentino Jorge Bergoglio escrito íntegramente por él.
Al hablar de los desafíos del mundo actual, Francisco dice: "Así como el mandamiento de `no matar` pone un límite claro para asegurar el valor de la vida humana, hoy tenemos que decir `no a una economía de la exclusión y la inequidad`. Esa economía mata".
El papa se dirige a los dirigentes políticos para pedir "una reforma financiera que no ignore la ética". Les pide que afronten "este reto con determinación y visión de futuro" y se rebela ante el hecho de que "no sea noticia que muera de frío un anciano en la calle y que sí lo sea una caída de dos puntos en la bolsa".
En ese marco, critica a quienes "todavía defienden las teorías que suponen que todo crecimiento económico, favorecido por la libertad de mercado, logra provocar por sí mismo mayor equidad e inclusión social en el mundo".
Según Francisco, "vivimos en la idolatría del dinero" y a todo ello se añade "una corrupción ramificada y una evasión fiscal egoísta, que han asumido dimensiones mundiales".
Esta primera exhortación apostólica surge tras el Sínodo de Obispos, que se celebró del 7 al 28 de octubre de 2012, dedicado a "la nueva Evangelización para la transmisión de la fe", y se difunde tras la clausura el pasado domingo del "Año de la Fe", que había sido convocado por el papa emérito Benedicto XVI.
Se trata de un documento clave de Francisco sobre el anuncio del Evangelio en el mundo actual, en el que traza un verdadero programa de gobierno para la Iglesia de los próximos años, y en el que vuelve a abogar por una institución abierta y misionera, que regrese a su esencia.
En la exhortación, Francisco pide una "transformación misionera de la Iglesia" y exhorta a obispos, sacerdotes, consagrados y todos los fieles a salir a anunciar el Evangelio "a todos, en todos los lugares, en todas las ocasiones, sin dudas, sin repulsiones y sin miedo".
Es así que considera "necesaria una conversión pastoral y misionera, que no puede dejar las cosas como están", y también "una reforma de estructuras eclesiales para que todas ellas se vuelvan más misioneras".
En ese marco, habla de la necesidad de "pensar también en una conversión del papado", para hacerlo más apto al ministerio de servicio y que "lo vuelva más fiel al sentido que Jesucristo quiso darle y a las necesidades actuales de evangelización".
"¡Dios nos libre de una Iglesia mundana bajo ropajes espirituales o pastorales!", lanza en una de las tantas frases categóricas del documento. "¡Cuántas guerras! en el seno de la Iglesia."¿A quién vamos a evangelizar con esos comportamientos?", cuestiona.
El papa Francisco también afirma que "no debe esperarse que la Iglesia cambie su postura" sobre la cuestión del aborto, ya que "no está sujeto a supuestas reformas o modernizaciones" y sostiene que "no es progresista pretender resolver los problemas eliminando una vida humana".
No obstante, reconoce que "hemos hecho poco para acompañar a las mujeres que se encuentran en situaciones muy duras, donde el aborto se les presenta como una rápida solución para sus profundas angustias, particularmente cuando la vida que crece en ellas ha surgido como producto de una violación o en un contexto de extrema pobreza".
Asimismo, reitera su llamado a que la Iglesia haga una opción por los pobres pero aclara que se trata de "una categoría teológica, antes que sociológica".
"Por eso quiero una Iglesia pobre para los pobres. Ellos tienen mucho que enseñarnos", dice y asevera que "mientras no se resuelvan radicalmente los problemas de los pobres....no se resolverán los problemas del mundo".
Además, invita a cuidar a los más débiles, entre los que menciona a "los sin techo, los tóxico dependientes, los refugiados, los pueblos indígenas, los ancianos cada vez más solos y abandonados" y a los emigrantes para los que exhorta a los países "a una generosa apertura".
Luego de destacar la importancia del ecumenismo y del diálogo con otras religiones, Francisco señala que "el verdadero Islam" rechaza la violencia e implora "humildemente" a los países islámicos que garanticen la libertad de culto a los cristianos.
Por último, el papa Bergoglio, si bien cierra a las mujeres cualquier posibilidad de acceder al sacerdocio, señala que "que deben tener mayor espacio y una presencia más incisiva" dentro de la Iglesia.
Cadena3
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