Uno de los hechos se produjo en Lavalle y 3 de Febrero y el otro en Alem y Simón de Iriondo.
En el segundo de los casos un allegado a la víctima observó al ladrón llevarse la moto e inició una peligrosa persecución que finalizó sin poder alcanzarlo.
Ante la falta de respuestas de las autoridades, las víctimas eligen difundir sus penares por las redes sociales.
Una vez robados esos ciclomotores, desaparecen, lo que alienta las versiones de su rápido desguace y relaciona estos repetidos hechos con una actividad delictiva organizada.
EDXD
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