Hermana gemela de San Benito. Fundadora de un monasterio y la orden de las monjas benedictinas la cual gobernó con la regla de su hermano
Hoy también se festeja a:
Martirologio Romano: Memoria de la sepultura de santa Escolástica, virgen, hermana de san Benito, la cual, consagrada desde su infancia a Dios, mantuvo una perfecta unión espiritual con su hermano, al que visitaba una vez al año en Montecasino, en la Campania, para pasar juntos una jornada de santas conversaciones y alabanza a Dios. Es fundadora de un monasterio y la orden de las monjas benedictinas la cual gobernó siguiendo la regla de su hermano
Biografía:
Escolástica, nació en el año 480, en Nursia, Italia. Su madre murió de parto. Es hermana gemela de San Benito. Ambos se entregaron a Dios desde muy jóvenes y alcanzaron la santidad en la vida religiosa.
Después que su hermano se fuera a Montecasino a establecer el famoso monasterio, ella se estableció a unas cinco millas de distancia, en Plombariola, donde fundó un monasterio y la orden de las monjas benedictinas la cual gobernó siguiendo la regla de su hermano.
San Benito y Santa Escolástica regularmente se reunían para orar juntos y compartir sobre la vida espiritual. Solía visitar a su hermano una vez al año. El varón de Dios se encontraba con ella fuera de las puertas del convento, en las posesiones del monasterio. Cierto día vino Escolástica, como de costumbre, y su venerable hermano bajó a verla con algunos discípulos, y pasaron el día entero entonando las alabanzas de Dios y entretenidos en santas conversaciones. Al anochecer, cenaron juntos.
El milagro de la lluvia
Con el interés de la conversación se hizo tarde y entonces aquella santa mujer le dijo: "Te ruego que no me dejes esta noche y que sigamos hablando de las delicias del cielo hasta mañana".
A lo que respondió Benito: "¿Qué es lo que dices, hermana? No me está permitido permanecer fuera del convento". Pero aquella santa, al oír la negativa de su hermano, cruzando sus manos, las puso sobre la mesa y, apoyando en ellas la cabeza, oró al Dios todopoderoso. Al levantar la cabeza, comenzó a relampaguear, tronar y diluviar de tal modo, que ni Benito ni los hermanos que le acompañaban pudieron salir de aquel lugar.
San Benito comenzó a lamentarse y entristecerse un poco, se sirigió a su hermana diciéndole: "Que Dios te perdone, hermana. ¿Qué es lo que acabas hacer?". A lo que ella respondió: "Te lo pedí, y no quisiste escucharme; rogué a mi Dios, escuchó. Ahora sal, si puedes, despídeme y vuelve al monasterio".
Benito, que no había querido quedarse voluntariamente, no tuvo, al fin, más remedio que quedarse allí. Así pudieron pasar toda la noche en vela, en santas conversaciones sobre la vida espiritual, quedando cada uno gozoso de las palabras que escuchaba a su hermano. No es de extrañar que al fin la mujer fuera más poderosa que el varón, ya que, como dice Juan: Dios es amor, y, por esto, "pudo más porque amó más", fue el comentario de San Gregorio Magno acerca de este episodio de la Santa.
En el lugar de este maravilloso prodigio se construyó la llamada "Iglesia del coloquio", y a Santa Escolástica se le invoca para obtener la lluvia.
Luego de transcurridos 3 días de este episodia con su hermana, San Benito, mirando al cielo, vio cómo el alma de su hermana salía de su cuerpo en figura de paloma y penetraba en el cielo. Él, lleno de gran júblio, dio gracias al Dios todopoderoso con himnos y cánticos, y envió a unos hermanos a que trajeran su cuerpo al monasterio y lo depositaran en el sepulcro que había preparado para sí.
Así ocurrió que estas dos almas, siempre unidas en Dios, no vieron tampoco sus cuerpos separados ni siquiera en la sepultura. Murió hacia el año 547. San Benito murió 40 días después de su hermana.
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