Un día Héctor Carpio se casó con Erica Caffaratti. Tuvieron dos hijas, Martina y Pilar. Pero después de unos años el matrimonio llegó a su fin. Tras firmar un acuerdo judicial para que las niñas vivan con el padre, la madre se radicó en Milán hace tres años. Hacia allá viajaron las chicas en diciembre, de visita hasta el 16 de febrero. Pero no retornaron. Y nadie atiende el teléfono en la casa materna. Ahora se viene un reclamo a través de la Cancillería.
"No tengo otra meta que volver a estar con ellas. Las quiero abrazar, las extraño muchísimo". Angustiado, por momentos con la voz entrecortada, el rafaelino Héctor Gabriel Carpio explicó los detalles de la difícil situación que atraviesa luego de que su ex esposa, la rafaelina Erica Caffaratti, incumpliera un convenio judicial y retuviera ilícitamente en su casa de la ciudad italiana de Milán a las hijas que ambos concibieron durante su matrimonio, Martina, de 10 años, y Pilar, de 8.
Carpio, a quien muchos en Rafaela conocen simplemente como el "Negro", tiene la tenencia de las niñas. Pero ante un pedido de la madre para que las hijas la visiten en su casa de Milán (Italia) durante este verano decidió dar su aval a la vez que el Juzgado de Familia de Rafaela, a cargo de la Dra. Liza Báscolo Ocampo, autorizó el viaje. La resolución judicial dejaba en claro que Martina y Pilar Carpio debían viajar el 27 de diciembre a Italia y regresar a Rafaela el 16 de febrero.
Pero las niñas no volvieron y ahora están incomunicadas, porque Caffaratti no atiende el teléfono fijo de su casa, ni su celular y además dio de baja su cuenta en la red social Facebook como la que también tenía Martina. "Estoy desesperado. No puedo saber ni siquiera cómo están mis hijas", lamentó Carpio, quien ahora con el patrocinio de la Dra. Analía Schatzle inicia una batalla legal a través de la Cancillería.
-¿Cómo se inició la relación con Erica y cómo se desarrolló en el tiempo?
-La relación comenzó antes del 2000 y el 13 de junio de 2003 nos casamos cuando ya había nacido Martina, que hoy tiene 10 años. En el 2004 nació Pilar. Nos separamos en noviembre de 2007, dando por terminada una relación de casi ocho años. En el último año intentamos reconstruir el matrimonio con la ayuda de terapia de pareja, pero no resultó. Cuando todo terminó Erica se fue a vivir con su madre y las niñas mientras se tramitaba el divorcio. Y en mayo de 2010 la Justicia dictó la sentencia de divorcio, que fue de mutuo acuerdo.
Tras esta decisión judicial, Caffaratti decidió instalarse en Italia -donde ya había viajado en 2009- aunque "previamente efectuó un convenio con Carpio en el que dejó asentado que entregaba la tenencia voluntaria de Martina y Pilar mientras permanezca en Europa", indicó Schatzle.
"El papá, del día a la noche, se hace cargo de las dos nenas con todo lo que eso implica. Acompañarlas en sus obligaciones en la escuela, la crianza en general de dos niñas de corta edad, la atención psicológica por la situación que atravesaban y más. Hay una colaboración muy grande de las autoridades y las docentes de la Escuela Misericordia. El padre está muy presente en cada una de las actividades de las niñas, las acompaña al grupo de teatro en el Lasserre al que concurrían regularmente", detalló la representante legal de Carpio.
Caffaratti, una vez que se instaló en Milán, solicitó un régimen de visita y por eso, en septiembre de 2010, se celebró un convenio en el que se autorizó a Martina y Pilar a visitar a su madre entre el 28 de diciembre de 2010 y el 1º de marzo del 2011. "Viajaron con una hermana de la madre. En ese convenio se dejaba en claro que la tenencia seguía a cargo del padre, y que solamente visitaban a la mamá por el período señalado. Ese régimen se cumplió sin problemas ya que las niñas fueron restituidas en su residencia habitual de calle Suipacha de Rafaela", apuntó Schatzle.
Con este antecedente favorable de la primera visita, se le concedió a la madre "la autorización solicitada en forma judicial para que las menores viajen a Italia durante el receso escolar de los meses de enero y febrero de 2013", según se describe en el documento que Schatzle preparó para presentar en los próximos días ante la Cancillería argentina, la que luego girará todo el expediente a Italia.
"En la fecha indicada para su regreso las menores no volvieron, permanecen en Italia, retenidas por su madre y configurando la figura jurídica internacional de retención ilícita, en un todo de acuerdo al art. 3 de la Convención de La Haya", agrega el documento. "Además, la madre impide todo contacto con las menores (telefónico y electrónico) lo que agrava notablemente la retención ilícita y profundiza el daño que ocasiona ya que detenta su tenencia desde que se produjo el abandono, pero fundamentalmente no advierte la madre el daño más importante que ocasiona a Martina y Pilar, quienes se encuentran en un territorio distinto, en una lengua que desconocen, en una cultura diferente, alejadas e incomunicadas de sus afectos, de su colegio, de sus objetos personales violando así sus derechos consagrados", sostiene la demanda.
Una vez que cuenten con toda la documental traducida, Carpio y Schatzle harán la presentación ante la Cancillería argentina. "La Justicia de Italia debe dar una respuesta en un plazo máximo de seis semanas. Lo importante es que no debe resolver sobre la tenencia definitiva sino que las niñas vuelvan con su padre. Es la Justicia de Rafaela la que debe decidir con quién deben vivir las niñas, pero mientras tanto deben estar con el padre quien tiene la tenencia según los acuerdos vigentes", finalizó Schatzle.
por Pedro Ulman
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