George Kourounis es un explorador y documentalista canadiense. El mes pasado se sumergió en el cráter del Marum, un volcán activo en el archipiélago de Vanuatu en el Pacífico Sur. Le acompañaba el cineasta Sam Cossman para registrar la hazaña. (Foto: @MiamiAdSchoolMX )
Kourounis se dedica a grabar documentales en los que captura las fuerzas extremas de la naturaleza. Su interés por las vivencias extrema y el peligro le ha llevado a perseguir tormentas y huracanes e incluso a casarse en el borde de un volcán en erupción. Este viaje a Marum, según ha contado a The Huffington Post, ha sido una de las experiencias más intensas que ha tenido.
Kourounis, Cossman y dos guías, Geoff Mackley y Brad Ambrose, pasaron cuatro días en el volcán e hicieron dos descensos al cráter a una profundidad de 365 metros. "Eso es casi tan profundo como el Empire State Building de alto (381 metros)", ha explicado Kourounis.
Grabaron su proeza con una GoPro —una cámara subjetiva—, una Canon 5D Mark III y una Sony NX Cam y esta semana han publicado el resultado.
George Kourounis llegó a situarse al borde del lago de lava al rojo vivo, donde las rocas se fundían a pocos metros de donde él estaba. "Fue una ventana al infierno", describe Kourounis, "dramático y violento". "Descender el cráter del Marum ha sido mi sueño durante muchos años. Fue emocionante".
"Fue como una especie de escalada inversa al Everest. El volcán se resistía y tuvimos que hacer frente a un clima terrible, al tremendo calor de la lava, subir y bajar una pared casi vertical de 400 metros con rocas sueltas, una lluvia ácida tan fuerte que parecía de una batería de coche y muchas otras locuras".
Kourounis ha relatado que estuvieron tan cerca de la lava que sus salpicaduras hicieron un agujero en su chaqueta de protección y también dañaron una de las cámaras. "En algunos planos parezco un pequeño punto plateado junto a la cascada de lava. Era un lugar muy peligroso para estar de pie", ha contado. "Daba miedo. Si algo hubiera salido mal, hubiera pasado muy rápidamente y de manera catastrófica".
El cineasta Cossman ha confesado a The Huffington Post que la experiencia fue terrible, aunque el miedo fue "eclipsado por un exceso de adrenalina cuando estaba colgado encima sobre el pozo de fuego brillante, que sólo se puede comparar con la superficie del sol de cerca. Sin duda, esta experiencia ha sido increíble".
Kourounis se dedica a grabar documentales en los que captura las fuerzas extremas de la naturaleza. Su interés por las vivencias extrema y el peligro le ha llevado a perseguir tormentas y huracanes e incluso a casarse en el borde de un volcán en erupción. Este viaje a Marum, según ha contado a The Huffington Post, ha sido una de las experiencias más intensas que ha tenido.
Kourounis, Cossman y dos guías, Geoff Mackley y Brad Ambrose, pasaron cuatro días en el volcán e hicieron dos descensos al cráter a una profundidad de 365 metros. "Eso es casi tan profundo como el Empire State Building de alto (381 metros)", ha explicado Kourounis.
Grabaron su proeza con una GoPro —una cámara subjetiva—, una Canon 5D Mark III y una Sony NX Cam y esta semana han publicado el resultado.
George Kourounis llegó a situarse al borde del lago de lava al rojo vivo, donde las rocas se fundían a pocos metros de donde él estaba. "Fue una ventana al infierno", describe Kourounis, "dramático y violento". "Descender el cráter del Marum ha sido mi sueño durante muchos años. Fue emocionante".
"Fue como una especie de escalada inversa al Everest. El volcán se resistía y tuvimos que hacer frente a un clima terrible, al tremendo calor de la lava, subir y bajar una pared casi vertical de 400 metros con rocas sueltas, una lluvia ácida tan fuerte que parecía de una batería de coche y muchas otras locuras".
Kourounis ha relatado que estuvieron tan cerca de la lava que sus salpicaduras hicieron un agujero en su chaqueta de protección y también dañaron una de las cámaras. "En algunos planos parezco un pequeño punto plateado junto a la cascada de lava. Era un lugar muy peligroso para estar de pie", ha contado. "Daba miedo. Si algo hubiera salido mal, hubiera pasado muy rápidamente y de manera catastrófica".
El cineasta Cossman ha confesado a The Huffington Post que la experiencia fue terrible, aunque el miedo fue "eclipsado por un exceso de adrenalina cuando estaba colgado encima sobre el pozo de fuego brillante, que sólo se puede comparar con la superficie del sol de cerca. Sin duda, esta experiencia ha sido increíble".
The Huffington Post
Put the internet to work for you.
Publicar un comentario