Así argumentó el embajador en Estados Unidos, Jorge Argüello, a través de una nota publicada en la versión estadounidense del diario, The Financial Times.El Gobierno nacional salió a explicar en los principales centros financieros internacionales que impulsó la nacionalización de YPF para "evitar una crisis energética".
Así argumentó el embajador en Estados Unidos, Jorge Argüello, a través de una nota que publicó en la versión norteamericana del diario The Financial Times.
El artículo forma parte de una campaña de información, que lleva adelante la Embajada argentina en Washington, y se suma a otros publicados pocos días atrás en los diarios Washington Post y Miami Herald.
"Tomamos esta medidas para evitar una crisis energética nacional: la dependencia a la costosa importación de energía debido a la falta de inversión de Repsol en nuevas exploraciones en la Argentina. No tomar esta medida hubiera implicado una traición a nuestra promesa a los argentinos que hacer todo lo que esté a nuestro alcance para mantener la autosuficiencia energética, fundamental para nuestro crecimiento económico y la competitividad", explicó Argüello.
El diplomático señaló que "desde 2003 nuestra economía ha experimentado un auge, creciendo a un ritmos similares a los de India y China, y liderando el hemisferio junto con Brasil".
"La pobreza ha disminuido y el empleo ha crecido. Sin embargo, nuestro crecimiento se vio amenazada por la escasez de combustible y aumento de los precios. Desde que Repsol compró YPF, la producción de crudo cayó un 54 por ciento", agregó.
Asimismo, Argüello destacó que "un punto importante de discusión fue el conflicto de intereses entre el accionista mayoritario de YPF (Repsol) y las metas de desarrollo de la Argentina".
"Mientras que el beneficio neto de YPF en 1997-2011 fue de 16.600 millones de dólares, 14.200 millones fueron a los inversores como dividendos y, en el mismo período, las nuevas reservas probadas de petróleo en la Argentina no fueron explotadas", puntualizó.
Según el Gobierno "como resultado, el año pasado fue la primera vez en más de dos décadas que la Argentina registró un déficit comercial en combustible".
Por otra parte, el embajador argentino resaltó que "la Argentina era el único país de América Latina que no tenía control sobre este recurso estratégico, que desempeña un papel vital en nuestro desarrollo económico".
"La obligación de YPF ahora es reorientar sus objetivos para servir a los intereses de nuestro país y sus ciudadanos, no sólo a sus accionistas privados", explicó.
También ratificó que "YPF seguirá siendo una empresa con participación privada" y que "Argentina está abierta a nuevas inversiones extranjeras en YPF - mientras que la inversión conduzca a la expansión de producción de petróleo y gas y no únicamente a la transferencia de las ganancias para pagar dividendos"
Cadena3
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