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Rodrigo Erramuspe. Foto:Matías Nápoli
Foto: Matías Nápoli | El Litoral | 
Algunos jugadores hablaron de una “final” ante los sanjuaninos. Será porque quieren provocarle otra alegría a la gente y conseguir el objetivo antes y mejor de lo que muchos pensaban.


Si Unión saca 3 puntos más sobre los 9 que restan jugarse, ni Tigre ni San Lorenzo lo podrán alcanzar, Banfield tendrá que ganar todos los partidos mientras que San Martín de San Juan y Atlético de Rafaela tendrán que sacar 6 puntos de los 9 para igualar a los tatengues.

Otro dato que es fundamental: el fixture que le queda a los involucrados y que ofrece choques varios entre ellos. Por ejemplo, Tigre tiene que jugar ante San Lorenzo (enfrentamiento directo entre dos comprometidos), San Lorenzo tiene que enfrentar también a San Martín de San Juan y éstos deben jugar ante Unión. O sea que está a la vista que se sacarán puntos entre ellos. Por ejemplo, Tigre y San Lorenzo no podrán sumar todos los puntos en juego porque se tienen que enfrentar entre sí.

Siguiendo con el cálculo de los 50 puntos para Unión, se supone que Banfield no debería sacar los 9 en juego para igualarlo. ¿Por qué?, porque Banfield —el peor equipo del Clausura— apenas cosechó 10 puntos en los 16 partidos jugados hasta ahora, por lo que mal podría alentar alguna expectativa cierta de conseguir 9 unidades en sólo tres encuentros. Los rivales de Banfield son Boca, Belgrano y Colón hasta el cierre del torneo.

La situación de los equipos ascendidos en esta temporada es ventajosa. Sólo Belgrano puede considerarse fuera de peligro, pero las chances para San Martín, Rafaela y Unión de evitar el descenso directa son ciertas y dependen de sí mismas. Si San Martín y Rafaela suman 4 de los 9, obligan a Tigre a sacar 6 para igualarlos y a San Lorenzo a conseguir 5 puntos. Y con un punto más (5), zafarían con seguridad del descenso directo porque obligarían a Tigre a sumar todos los puntos en juego (con lo cual San Lorenzo no podría, porque está dicho que juegan entre sí en la próxima fecha).

¿Es una final?

Varios jugadores de Unión —no el técnico— dijeron el domingo luego del empate ante Independiente, que el próximo partido ante San Martín de San Juan es una final. Acepto que se lo pueda catalogar de esa manera en la intimidad, pero una “final” es la que resuelve algo. Y si a Unión no le van bien las cosas ante San Martín, podrá complicarse momentáneamente pero nunca decretarse.

Soy un convencido de que el empate le sirve. Y está claro que la victoria ante los sanjuaninos le permitiría el festejo definitivo de la salvación para luego salir a jugar sin ningún tipo de presión los partidos finales ante Lanús y Estudiantes. Posiblemente, desde ese punto de vista se pueda pensar que el encuentro ante los sanjuaninos se tome con visos de final.

Con el viraje que ha tomado esta campaña, que el partido sea en la cancha de Unión supone un plus favorable para Unión. Mucho le costó en el Apertura conseguir resultados positivos (victorias) en el 15 de Abril, situación que se revirtió en este Clausura, donde Unión ya lleva tres victorias consecutivas (ante Arsenal, Olimpo y San Lorenzo).

Este sacrificado grupo de jugadores que comanda Kudelka, sabedores de que el esfuerzo jamás se negocia, tienen la gran posibilidad de provocar otro gran festejo ante su gente y es lo que seguramente querrán aprovechar. Sólo desde ese punto de vista se entiende que el choque ante los cuyanos se pueda tildar de “final”.

Todo un sello

El empate ante Independiente dejó conclusiones muy claras y favorables para encarar la recta final de esta competencia para Unión: 1) se recuperó la imagen de solidez que identificó al equipo en casi todo el torneo; 2) se borraron aquellos traspié frente a Tigre y Newell’s que dejaron marcada preocupación y hasta sorpresa; 3) se empató bien y se pudo ganar, resultado que, de conseguirse, tampoco habría dejado margen para la discusión.

La imagen que dejó el equipo fue buena. De mitad de cancha hacia atrás, el funcionamiento fue casi perfecto, sin fisuras y con figuras relevantes como la de Correa, la de Avendaño y la de Vidal. El planteo fue inteligente, controlando a Independiente, cerrándole los caminos a Limia y jugándole de contra en el segundo tiempo.

La prueba evidente fue la manera en que Unión lastimó al “Rojo”: se produjo en el complemento, cuando permitió el adelantamiento del rival y utilizó los espacios abiertos en su campo defensivo para atacarlo. Ahí, en esa parte final del encuentro, teniendo menos la pelota y hasta provocando de manera “ex profeso” (al menos eso pareció) el adelantamiento del rival, Unión le creó cinco situaciones de gol a Independiente que le debieron dar la victoria.

Estos atributos (el orden, la concentración y la necesidad de entregar todo), han sido un sello distintivo en Unión durante toda la temporada, momentáneamente olvidados en un par de partidos que provocaron cierto caos futbolero, pero recuperados de inmediato a partir de una convicción absoluta e irrenunciable, tanto del técnico como de sus jugadores.

Por Enrique Cruz (h) | El Litoral

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