Lionel
Messi, Gerardo Martino y Javier Mascherano pidieron ayer sus deseos en
el Muro de los Lamentos, en Jerusalén, durante la segunda y última
jornada de una gira que el Barcelona realiza por Medio Oriente para
acercar a israelíes y palestinos.
Con la cabeza cubierta con una kipá blanca, como marca la tradición del lugar, los integrantes de la delegación catalana cumplieron casi sin excepción con el ritual en uno de los íconos del judaísmo.
Según la agencia EFE, el ex capitán del seleccionado argentino Mascherano introdujo casi medio brazo en una de las grietas del muro para depositar su nota con la petición.
"No voy a decir lo que he escrito, si no, no se cumplirá", respondió con humor el presidente del club, Sandro Rosell, al ser consultado sobre si la Liga de Campeones estaba entre sus deseos.
La visita al Muro se realizó bajo fuertes medidas de seguridad, destinadas sobre todo a impedir una avalancha de aficionados sobre las estrellas de Barcelona, el equipo que cuenta con más seguidores entre israelíes y palestinos.
Messi, escoltado en todo momento por agentes de seguridad, fue la figura que mayor atracción produjo en el lugar.
Después de la excursión, la delegación de Barcelona participó en un acto en la residencia oficial del presidente israelí, Shimon Peres, en el que se firmó una "declaración por la tolerancia" que formará parte del programa educativo en todos los colegios israelíes a partir del próximo año lectivo.
La delegación se desplazó luego a Tel Aviv para un encuentro con un grupo de niños enfermos de cáncer y, más tarde, celebrará un entrenamiento con menores en el estadio Bloomfield como último acto de su Tour de la Paz.
Télam
Con la cabeza cubierta con una kipá blanca, como marca la tradición del lugar, los integrantes de la delegación catalana cumplieron casi sin excepción con el ritual en uno de los íconos del judaísmo.
Según la agencia EFE, el ex capitán del seleccionado argentino Mascherano introdujo casi medio brazo en una de las grietas del muro para depositar su nota con la petición.
"No voy a decir lo que he escrito, si no, no se cumplirá", respondió con humor el presidente del club, Sandro Rosell, al ser consultado sobre si la Liga de Campeones estaba entre sus deseos.
La visita al Muro se realizó bajo fuertes medidas de seguridad, destinadas sobre todo a impedir una avalancha de aficionados sobre las estrellas de Barcelona, el equipo que cuenta con más seguidores entre israelíes y palestinos.
Messi, escoltado en todo momento por agentes de seguridad, fue la figura que mayor atracción produjo en el lugar.
Después de la excursión, la delegación de Barcelona participó en un acto en la residencia oficial del presidente israelí, Shimon Peres, en el que se firmó una "declaración por la tolerancia" que formará parte del programa educativo en todos los colegios israelíes a partir del próximo año lectivo.
La delegación se desplazó luego a Tel Aviv para un encuentro con un grupo de niños enfermos de cáncer y, más tarde, celebrará un entrenamiento con menores en el estadio Bloomfield como último acto de su Tour de la Paz.
Télam
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