Millones de pesos en oro, plata y otros elementos son tirados literalmente a la basura cada año, con la creciente producción de chatarra electrónica, impulsada por la incesante aparición de novedades tecnológicas.
Sólo en celulares, los argentinos descartaron en 2011 diez millones de aparatos, según cálculos de la ONG ambientalista Greenpeace. La mitad quedaron en algún cajón, 40 por ciento fue a los basurales y apenas un 10 por ciento tuvo cierto tratamiento.
Pero no se trata sólo de un derroche. Esos productos contienen elementos altamente contaminantes, como ácidos y metales pesados, y son un riesgo creciente para la salud pública.
El desperdicio, el riesgo y el agigantamiento del problema de la basura en general acicatean a los gobiernos a ocuparse del asunto, especialmente en las ciudades grandes, en algunas de las cuales, entidades educativas y ONG, solas o interactuando con las autoridades, ya pusieron manos a la obra.
En la Provincia de Buenos Aires, la Subsecretaría para la Modernización del Estado encaró el problema sobre la base del proyecto "E-basura" de la Facultad de Informática de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP).
El subsecretario Roberto Reale informó que la administración provincial comenzó a donarle a ese programa los equipos que descarta. "Alentamos esta iniciativa y la impulsamos comenzando por casa", dijo.
Además, en la exposición Tec La Plata, el Estado provincial instaló un camión que recoge equipos desechados.
Los aparatos son reparados en sesiones prácticas de los estudiantes, y luego donados a instituciones de bien público. Y lo irreparable no va al basural, sino a una empresa recicladora.
La Municipalidad de La Plata remite desde 2011 los equipos que descarta a cárceles bonaerenses donde los presos los desguazan, según un acuerdo con el ministerio provincial de Justicia, informó Sergio Federovisky, director de la Agencia Ambiental local.
El municipio prepara además la licitación de una planta para el tratamiento de los residuos electrónicos. En Bahía Blanca, desde 2009, una ONG, la "Unión 20 de Agosto", con el apoyo de la comuna y de una empresa privada, recolecta, recupera y reacondiciona residuos de este tipo.
En su "Tecnoplanta" alumnos de la Escuela de Formación Laboral "San Roque" reacondicionan computadoras como práctica de un curso reparador de PC, y empleados desarman los demás aparatos, cuyos materiales son adquiridos por la empresa Ipes.
En el partido de General Pueyrredón, al que pertenece Mar del Plata, desde 2009 una Asamblea Ambiental recibe chatarra electrónica para reciclarla, separar materiales y venderlos.
La provincia de San Luis tiene una política sobre el tema establecida por ley, que obliga a las empresas y otras entidades a entregar estos residuos a firmas autorizadas para su reparación o el reciclado de sus componentes.
El propio estado provincial deriva sus desechos electrónicos a la firma Frade Informática, que se encarga de su gestión integral, informó la ministra de Medio Ambiente, Daiana Hissa.
En Santa Fe, en diciembre pasado el Senado aprobó un proyecto de ley de Gestión Integral de Residuos Electrónicos y Eléctricos, que ahora debe ser considerado por la Cámara de Diputados provincial. En la ciudad de Santa Fe, que produce unas mil toneladas de basura informática al año, funciona desde 2009 una planta piloto para gestionarla.
El proyecto, llamado "Recuperando futuro", es una iniciativa del gobierno provincial coordinada por especialistas de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), donde trabajan 25 jóvenes de bajos recursos que fueron capacitados y becados para la actividad.
En Rosario, desde 2010 la Municipalidad recoge este tipo de residuos los últimos sábados de cada mes en determinados puntos de acopio, y luego los lleva a una empresa recicladora de la ciudad de San Lorenzo. En el primer año recuperó 15 toneladas.
La Universidad Nacional de Córdoba (UNC) desarrolla desde 2001 un programa de reciclado de computadoras en la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y naturales. Luego entrega los equipos a instituciones educativas y organizaciones sociales.
El Gobierno de San Juan tiene un Centro de Reacondicionamiento de Computadoras, fundado en 2005 con apoyo de Canadá y el Consejo Federal de Inversiones, donde técnicos de 18 a 30 años reparan equipos para instituciones de bien público mientras se capacitan.
La Municipalidad de Viedma acopia residuos electrónicos desde marzo último, que se propone remitir a una recicladora porteña. El no gubernamental "Proyecto puente", en Comodoro Rivadavia, reúne a 30 voluntarios que en tres años ya recuperaron 275 computadoras, las que fueron a equipar escuelas y otras entidades.
En Entre Ríos, la municipalidad de Chajarí habilitó recientemente una planta de tratamiento de residuos tecnológicos, con apoyo de la subsecretaría provincial de Medio Ambiente, y la de Oro Verde prepara algo similar con la Facultad de Ciencia y Técnica de la Universidad Autónoma de Ente Ríos.
Télam
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