Foto: Diario Uno | |
Luego de una década de trabajo de campo, investigadores de la Universidad Nacional del Litoral y el CONICET recolectaron y analizaron 71 anfibios con anormalidades.
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad Nacional del Litoral y del Conicet encendió el alerta por cómo el calentamiento global afecta a los seres vivos. En este caso, el hallazgo de 71 ranas con malformaciones en el Paraná Medio resultó un dato esencial.
El grupo de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas (FBCB) de la UNL publicó así la primera sistematización de malformaciones en anfibios. Se trata de un trabajo que analiza los tipos de anormalidades y los relaciona con los sitios en los que fueron encontrados. “Estos resultados extienden el fenómeno en un sentido geográfico y aportan una base de datos para proponer nuevas investigaciones”, recalcó Paola Peltzer, investigadora y docente de la UNL.
Si bien las malformaciones en anfibios son una realidad en muchas partes del mundo -y ya fue estudiado en Estados Unidos y Europa-, en América Latina apenas si se habían descrito algunos hallazgos aislados.
De acuerdo con los expertos, las ranas son buenos indicadores ambientales. “Se reproducen en el agua donde tal vez sean más vulnerables al contacto con sustancias químicas de todo tipo y luego pasan a la tierra donde se ven afectadas por los cambios de hábitats”, explicó Rafael Lajmanovich, responsable de la cátedra de Ecotoxicología de la FBCB.
Que las ranas hayan sido encontradas en la zona del Paraná Medio no quiere decir que las malformaciones sean un fenómeno exclusivo de esa región, muy por el contrario “se trata de fenómenos globales que se detectan en distintas partes del mundo y, en general, se asocian con la pérdida de hábitats, con los agroecosistemas en general y con distintos tipos de contaminación”, argumentó Lajmanovich.
No es fácil establecer las causas de las malformaciones ya que una vez que se encuentra el animal, por más que se realicen análisis, no hay certezas sobre lo que le ocurrió. “Son alteraciones que suceden durante el desarrollo del animal y probablemente esa rana en particular es la sobreviviente de un grupo de animales que pudieron estar malformados”, agregó.
A pesar de las limitaciones, en los últimos años surgieron diferentes hipótesis que asocian a factores causales. “El tipo de malformación podría incluso relacionarse con el tipo de ambiente estudiado. Así se vinculan, por ejemplo, con contaminación ambiental por un determinado plaguicida o bien la presencia de un parásito (trematodo) que infecta en mayor medida a los animales inmunosuprimidos por el efecto de los agroquímicos en lagunas eutrofizadas”, señaló Peltzer.
Fuentes: Agencia CyTA – Instituto Leloir / Comunicación científica UNL y Bariloche2000.com | Diario Uno
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