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Foto: EDXD | 
Como año a año, nuevos estudiantes universitarios arribarán a Esperanza con sus ilusiones y temores a cuestas, pero también con sus expectativas sobre “su nueva casa”. Al respecto, Carolina y Mariana Carballo, de la firma Austral Inmobiliaria, dan cuenta de las exigencias de nuevos inquilinos, los precios actuales y la variación de la oferta y demanda en Esperanza.


Para quienes tuvieron la suerte de poder realizar una carrera universitaria lejos del hogar paterno y materno; los departamentos o casas donde transcurrió una de sus etapas más significativas como es la vida universitaria, quedan marcados a fuego. Es que en esas paredes se atesoran anécdotas, esfuerzos, largas charlas, horas y horas de estudios e inolvidables momentos compartidos.

Año a año, a la ciudad de Esperanza arriban cerca de 350 estudiantes principalmente del centro y norte de Santa Fe, Entre Ríos, Santiago del Estero y Tucumán y, con ellos, la demanda habitacional crece.

Al respecto, Carolina y Mariana Carballo de la firma Austral Inmobiliaria sostienen que “el mercado inmobiliario para estudiantes ha sufrido un cambio en los últimos 20 años. La demanda hizo que la oferta deba adaptarse a los nuevos requerimientos”.

Tiempo atrás, los estudiantes –además de contar con poca oferta habitacional- tenía otros hábitos. “La oferta era de grandes casas, antiguas, con muchas habitaciones y amplios patios – remarcan las titulares de Austral-. En la actualidad existe otra oferta: departamentos, edificios en altura, duplexs, complejos habitacionales; pero también cambiaron las exigencias. Los estudiantes buscan inmuebles con todos los servicios y que además cuenten con equipamiento como placares, cocina, calefacción, instalaciones previstas para internet, video cable, aire acondicionado; que sean seguros y con buena iluminación natural. Ya no conviven más de dos, porque prefieren una habitación para cada uno. En algunos casos también requieren cochera”.

La confianza de los papás

Ante estas nuevas exigencias, Carolina y Mariana Carballo coinciden que “desde la inmobiliaria aconsejamos a cada cliente teniendo en cuenta las necesidades que plantea, con el firme objetivo de arribar a una decisión positiva para todos. Incluso, al ser la inmobiliaria una suerte de nexo entre los papás y sus hijos, se va creando una relación que excede el ámbito comercial, donde se involucran cuestiones de índole doméstico, que quizás se deban a que somos dos mujeres las que estamos al frente del negocio. Los papás depositan en nosotras su confianza”.

Ya hay reservas

Si bien el cursado comienza en febrero, los padres ya comenzaron a cerrar contratos por temor a no encontrar sitios donde habitar. Las dueñas de Austral remarcan que “a partir de octubre de cada año, los futuros ingresantes vienen a conocer la oferta disponible y algunos ya reservan o confirman el inmueble para asegurarse su nuevo hogar y así comenzar tranquilos la carrera”.

Respecto de los precios de alquileres, desde Austral –inmobiliaria que en diciembre cumplirá su 20º aniversario- remarcan que “se ha dado un incremento en el último año. El mercado inmobiliario no está exento a la inflación pero no responde a los índices de otros mercados o productos, sino que fluctúa de acuerdo a la oferta y la demanda de inmuebles y al crecimiento de la ciudad”, dijeron finalmente.

La frase “casa de estudiante” marca un estado de situación; quizás por la falta de elementos, los cuales pueden ser desde sillas o cubiertos -pero nunca el mate –; o por la dinámica propia de sus habitantes donde siempre hay “movimiento” de día y de noche. La idea de “casa de estudiante” actual puede incluir –en algunos casos- internet o aire acondicionado, pero el espíritu y los sueños no cambian; perduran y también se renuevan todos los años, principalmente en estos meses.

Fuente: EDXD

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