Apenas
uno de cada diez trabajadores en la Argentina está alcanzado por el
impuesto a las Ganancias; es decir, empleados que pertenecen a una
verdadera “elite”, cuyos salarios están bien por encima del promedio de
la economía, que es de $5.448 y no se encuentra gravado.
El
impuesto a las Ganancias sólo lo pagan los trabajadores que ganan
mensualmente más de $7.997,5, en el caso de los casados con hijos; y los
que perciben por encima de $5.782,1, cuando se trata de solteros sin
hijos.
Tomando
datos del Centro de Investigación y Formación de la República Argentina
(CIFRA) elaborados con información de la Administración Federal de
Ingresos Públicos (AFIP) y la Encuesta Permanente de Hogares del
Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (EPH-INDEC), en 2011 sólo
tributaron por impuesto a las ganancias 17% de los asalariados
registrados, es decir, el 12% de los trabajadores totales.
Visto
de otra forma, en la actualidad pagan impuestos a las Ganancias el 12%
de los trabajadores que más ganan en el mercado laboral, esto es, su
elite.
Desde
la Confederación General del Trabajo (CGT) hablan de más de un millón
de trabajadores alcanzados por este tributo. La cifra parece grande si
se la mira así, sola. Pero deja a un costado que ese millón y medio de
trabajadores que tributa Ganancias lo hace, mientras otros 13 millones
de trabajadores no están alcanzados por el impuesto.
La
CGT llama entonces a un paro nacional; toma una medida que afecta a los
14,5 millones de trabajadores, para defender los intereses de un millón
y medio de ellos, que son los que más ganan de todos.
Según
el economista Santiago Fraschina, de CIFRA, “un argumento
frecuentemente utilizado para criticar el impuesto a las Ganancias es
que desde el 2003 el mismo ha alcanzado cada vez a más trabajadores”.
“Sin
embargo, se omite señalar que la mayor parte de los nuevos trabajadores
que tributan el impuesto a las Ganancias lo hace por el aumento del
poder adquisitivo del salario”, subrayó Fraschina.
Puntualizó
que “en efecto, el piso del mínimo no imponible del impuesto a las
ganancias aumentó desde 2003 más de lo que aumentaron los precios, no
sólo considerando el IPC del INdEC, sino también utilizando fuentes
alternativas como las mediciones de los institutos de estadísticas
provinciales”.
“Es
decir, los nuevos trabajadores que pagan Ganancias lo hacen,
mayormente, porque sus salarios reales han aumentado”, afirmó el
analista.
Con
respecto a las asignaciones familiares, destacó que “en la actualidad
la perciben los trabajadores en blanco que cobran un salario menor a los
$5.200 por mes”.
Tomando
nuevamente los datos del CIFRA, en 2011 lo cobraron el 40% de los
trabajadores asalariados. Es decir, que lo perciben los trabajadores que
menos ganan dentro del mundo de los asalariados registrados.
“Si
eliminamos el impuesto a las Ganancias y generalizamos las asignaciones
familiares, sólo repercutirá en los trabajadores que más ganan,
aumentando la desigualdad social al interior de los asalariados”,
aseguró Fraschina.
Remarcó
que “las medidas reclamadas por el secretario general de la CGT, Hugo
Moyano, apuntan a los trabajadores que se encuentran en la pirámide de
los asalariados, olvidándose de los trabajadores que menos ganan”.
Télam
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