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La música de la escena de la ducha en Psicosis fue analizada
por un equipo de investigadores de la Universidad de California (UCLA)
que buscó determinar por qué esta música chirriante y distorsionada
atrajo de forma tan fuerte a los expectadores. Mirá el video
Según publican en la
revista Biology Letters, concluyeron que los mecanismos para su creación están estrechamente relacionados con las llamadas de socorro en los animales.
"La música que comparte características auditivas con las
vocalizaciones de animales en dificultades capta la atención humana y
nos resulta muy excitante", resumió Daniel Blumstein, uno de los autores
del estudio y director del Departamento Ecología y Biología Evolutiva
de UCLA.
Blumstein es una autoridad en las llamadas de socorro de los
animales, sobre todo entre las marmotas. En 2010, capturó la atención de
los medios de comunicación con un estudio de las bandas sonoras de 102
películas clásicas en cuatro géneros: aventura, drama, terror y bélicas.
El equipo determinó que la banda sonora de cada género posee
características técnicas de la manipulación de las emociones. Las
partituras de las películas dramáticas, por ejemplo, tenían cambios más
bruscos en la frecuencia, arriba y abajo. Las películas de terror, por
el contrario, tenían más gritos femeninos y sonidos distorsionados. Los
investigadores fueron capaces de detectar incluso las grabaciones de los
gritos de animales en algunas melodías.
Los últimos hallazgos se basan en una serie de experimentos que
Blumstein diseñó y realizó con Peter Kaye, compositor de bandas sonoras
para el cine y la televisión, y Greg Bryant, profesor asistente de
estudios de comunicación en la UCLA especializado en comunicación vocal y
la psicología evolutiva.
Kaye y Bryant utilizaron sintetizadores para componer una serie de
piezas musicales originales de solo 10 segundos de duración. "Queríamos
ver si podíamos ensalzar o suprimir los sentimientos del oyente con la
música", explica Blumstein.
A los estudiantes universitarios que participaban en el experimento
como voluntarios se les pidió escuchar un ejemplo de cada estado y
después calificarlos en dos factores: hasta qué punto la música les
resultaba incitadora y si el sentimiento emocional de la música fue
positiva o negativa (si les provocaba miedo o tristeza).
Los sujetos calificaron como más emocionante la música distorsionada.
Los investigadores creen que el efecto de escuchar música con la
distorsión es similar a oír los gritos de los animales en peligro, una
condición que distorsiona las voces de los animales al obligar a pasar
rápidamente una gran cantidad de aire a través de la laringe.
Diario Uno
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