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El diario Crónica revela detalles de una historia oculta de una de las ficciones que marcó el termómetro televisivo durante 2012. ¿Qué pasó?

Mucho se dijo sobre las idas y vueltas de Calu Rivero en “Dulce amor”. Que tenía compromisos laborales previos, que se había peleado con Quique Estevanez, o que la relación con su com­pañero de elenco Juan Darthés no era la mejor, entre otras cosas.

Lo cierto es que la morocha, a pesar de ser una de las protagonistas y te­ner mucho “arrastre” entre el público, se fue un día “de vacaciones” y no volvió nun­ca más. Apenas una pequeña participación en el último ca­pítulo, que no implicó con­tacto alguno con sus compa­ñeros de elenco, selló el destino de Natacha Bandi.

Pero tarde o temprano la verdad sale a la luz y, aunque los rumores corren desde ha­ce tiempo, recién ahora, que Rivero cruzó de vereda y fir­mó con Pol-ka. El alejamiento de Calu, de la exitosa novela, habría te­nido que ver en realidad con el acoso que la joven habría sufrido por parte de un com­pañero de elenco.

Al principio la relación en­tre ambos era muy buena, pero con el correr de los ca­pítulos, la actual novia del Chino Darín percibió actitu­des en su colega que no le gustaron demasiado y la ha­cían sentir incómoda. En un comienzo se bancó las insi­nuaciones, porque prefería creer que era algo “normal” dentro de este medio y en las ficciones: Rivero es muy jo­ven y no hace demasiado tiempo que llegó de su Cata­marca natal, para trabajar en el ambiente artístico.

Con el tiempo la situación empeoró, al punto de que la chica habría decidido buscar consuelo y ayuda en su madre en la ficción, María Va­ lenzuela, quien, según cuen­tan, se quedó “pasmada” con el relato de la joven y le ha­bría aconsejado que encare al hombre en cuestión. Y eso hizo, pero provocó el efecto contrario: el “señor” actor habría reaccionado muy mal ante los cuestiona­mientos de la joven y su comportamiento se agravó, con actitudes que varios po­drían catalogar como “acoso sexual”.

La chica no aguantó más; y hasta habría recurrido a su productor, Enrique Es­ tevanez, quien se metió en el tema, al igual que su hijo Se­bastián, para intervenir en la situación. Sin embargo, el actor habría proseguido con sus actitudes y hasta incurri­do en amenazas.

Esto expli­ca porqué el elenco en pleno de “Dulce amor” jamás mos­tró resquemor alguno por la salida de su compañera, que era una pieza clave de la his­toria, en cuanto protagoniza­ba uno de los dos romances principales.

Todos sabían la difícil situación que estaba atravesando Rivero. Agotada y sin saber cómo manejarse, Calu decidió abandonar la ficción, previo acuerdo con la producción, y Natacha se fue en plan de viaje “místico”, sin fecha de regreso. Dentro del entorno mini­mizaron la situación alegan­ do que la joven se había to­mado vacaciones pautadas.

Con el nuevo rumbo del ci­clo, Quique Estevanez logró mantener el éxito hasta el re­greso de Calu de Nueva York. Sus fans la extrañaban y el productor le propuso una vuelta elegante, a lo que ella respondió: “Vuelvo, pe­ro no me quiero cruzar con nadie”. Y así lo hizo: grabó una despedida vía webcam, en la que por fin pudo darle un cierre a la historia de amor de su personaje con el de Juan Darthés, Julián.

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