Foto Arch.: Télam | |
Más allá del brote de aftosa en Paraguay, que hace poco más de un mes puso en alerta el control fronterizo y el ajuste de medidas preventivas, tal como se había planeado se termina este viernes la segunda etapa anual de vacunación contra esta enfermedad vacuna, que incluyó a todos los animales menores.
En el Departamento, la Fundación Castellanos, coordinada desde la Sociedad Rural de Rafaela, a través del trabajo de 142 veterinarios se hizo un trabajo de cobertura de todo el ganado menor, en todas las categorías, menos vacas y toros.
Con la desregulación del sistema, oficializado recientemente por el Senasa, cualquier veterinario de la zona, que se haya presentado antes del inicio de la campaña pudo ser aplicador y entrar en el listado que tuvo la programación central en la ciudad de Rafaela y ocho programadores que sumaron a Sunchales, Humberto Primo, Aldao, Ramona, Santa Clara de Saguier; San Vicente y Angélica.
Según Juan Invinkelried, a cargo del ordenamiento de la campaña, “vamos a terminar este viernes y va a haber unas 330 mil cabezas vacunadas”, que a pesar de las demoras por cuestiones climáticas, de acuerdo a la importante caída de lluvia registrada en las últimas semanas, se cumplió en el lapso estipulado previamente.
Hay rumores de una leve recuperación en cuento al stock ganadero, sin embargo eso no se traduce en los números locales.
Mañana cierra la campaña y con el arrastre de los últimos años “siempre con menos cabezas”, está claro que la tendencia continúa. Siendo la segunda campaña para menores, en la comparación entre octubre de 2010, con 342 mil cabezas de ganado de categorías menores, con las 330 mil actuales, el descenso de unas 12 mil sigue alertando sobre las condiciones ganaderas.
“Si bien el descenso dejó de ser tan marcado como era antes, esa baja constante no se detiene, partiendo de las 740 mil cabezas que había en el departamento Castellanos en 2002, a las 520 mil que tenemos ahora en total”, reconoce el dirigente de la SRR.
Manteniéndose el ganado lechero, desde su perspectiva, “todo lo que se perdió fue del sector cárnico, tanto del rodeo de cría, como entre los invernadores, que en los últimos siete años se fue desmantelando para reemplazarlo por la agricultura, al igual que pasó a nivel nacional. Hoy por hoy la tendencia sería frenar esa baja, por el incentivo que tiene el criador por los precios, que están revertidos históricamente, sin embargo siendo un proceso largo, hay que ver los resultados finales, mientras el invernador sigue complicado”, sostuvo el veterinario.
En la provincia de Buenos Aires se habrían detectado algunos problemas en animales, luego de la aplicación de la vacuna, no sucede lo mismo en nuestra región.
Según explica Juan Invinkelried, “se pueden tener reacciones anafilácticas, que son alergias, como puede tener una persona con la penicilina, no en la primera aplicación, pero si en la segunda. Hay un porcentaje mínimo, que no llega ni a diez animales cada 500 mil, por ejemplo”. “Hay reacciones como menor producción de leche, renguera por dos o tres días, más o menos hinchazón, pero todo esto se da cada vez menos en las últimas campañas, a diferencia de lo que ocurría antes, con lo cual se va mejorando”, reconoció.
La Opinión
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