ESTADOS UNIDOS
- La debilidad de la economía. La percepción de los inversores es que la actividad estadounidense continúa anémica y que no mejorará en el corto plazo. Los últimos datos macro difundidos durante la última semana, como la corrección del PBI y la caída en el índice manufacturero, revelaron señales de desaceleración que pueden profundizarse en el mediano plazo. A esto se le sumó, en estos días, la decisión del Congreso sobre el techo de la deuda, que limitó las posibilidades de financiamiento para Barack Obama y promete agravar aún más el deterioro fiscal en un escenario en el que está en riesgo el crecimiento económico. Expertos de Barclays consideraron que, en este contexto, un agravante es la creciente inflación que restringe la capacidad de la Fed para apoyar a la economía.
- La carga de la deuda y la tentación del gasto. Estados Unidos acumula un déficit anual de u$s 1,6 billones y una deuda colosal de u$s 14,3 billones.La amenaza de una fuerte recesión en su economía, y la caída en los ingresos por impuestos, presionó al gobierno de Barack Obama durante el último tiempo para ampliar el gasto y apuntalar la actividad mediante un mayor déficit de las cuentas públicas. El proceso lo encerró en una disyuntiva difícil de sortear: la necesidad de mostrarse ?expansivos? en la política fiscal para mantener la senda de crecimiento, algo que creen imperioso los demócratas, o la urgencia de ser ?contractivos? en ésta y aplicar un recorte para controlar el déficit actual, tal como promueven los republicanos.
- La oposición republicana y la debilidad institucional. En la Cámara de Representantes, los republicanos hicieron pesar su mayoría el 2 de agosto pasado para llevar al límite un acuerdo con sus adversarios demócratas, que le permitiera eludir al oficialismo la suspensión de pagos y la quiebra del país. La presión obligó a Obama a recortar el gasto público en unos u$s 2,5 billones a lo largo de la próxima década, a cambio de aumentar el tope de la deuda en u$s 2,1 billones.
- La baja en la calificación. El acuerdo sellado en el Congreso fue juzgado insuficiente por la agencia Standard and Poor?s (S&P) debido,sobre todo, a las concesiones que debieron hacer los demócratas a los republicanos, opuestos a toda suba de impuestos. S&P bajó en consecuencia la nota de Estados Unidos, juzgado hasta entonces un prestatario de primera clase (AAA). Las bolsas se desplomaron a pesar de que, paradójicamente, la confianza de los inversores en la capacidad de Washington de devolver su deuda se mantuvo intacta: los intereses de sus bonos permanecieron estables.
EUROPA
- El grave déficit fiscal de las economías periféricas. El fuerte endeudamiento de Grecia, Irlanda y Portugal inició la debacle de los mercados europeos por el temor a que el bloque de la Unión Europea se viera obligado a efectuar su primera declaración de default desde su nacimiento. El nivel de deuda alcanzó el 112% del PBI en Irlanda, el 101,07% en Portugal y el 157% en Grecia. Grecia ya recibió un primer rescate de 110.000 millones de euros el año pasado de la UE y el FMI, que resultó insuficiente y que obligó a ambos organismo a concederle otro de 109.000 millones de euros. Con una deuda que equivale al 150% de su producción anual, Grecia tiene la calificación crediticia más baja del mundo.
- El riesgo sistémico de las potencias europeas. Los mercados temen un contagio de la actual crisis de deuda soberana de Italia y España, dado que representan el 30% del Producto Interior Bruto (PIB) de la zona euro. Sus severos déficit fiscales elevaron el rendimiento de los bonos de estos países y sus primas de riesgo a récords históricos la semana pasada. Pero, hace pocos días, Olli Rehn, comisario europeo de Asuntos Económicos, descartó una intervención para rescatar a estas dos economías.De todos modos, ahora la posibilidad de perder el status de triple A, un eco de lo ocurrido en EE.UU., ha extendido las dudas a economías como Francia.
- Las soluciones propuestas. La embestida de los mercados sobre otras economías comenzó a reactivar los planes para duplicar el tamaño del fondo de rescate europeo, que actualmente cuenta con u$s 750.000 millones. Como parte de los acuerdos del segundo rescate a Grecia, los líderes europeos aprobaron la posibilidad de que el fondo pueda comprar deuda soberana. La decisión de comprar bonos recayó en principiosobre la deuda de las economías periféricas, pero en los últimos días se sumaron Italia y España
- Las dudas en la implementación. Otra fuente de inquietud es ahora la complejidad de los últimos acuerdos alcanzados por la Eurozona para frenar la crisis y la demora en aplicarlos, ya que deben ser ratificados a nivel nacional por los 17 países miembros.
- El fantasma de la recesión. El temor de los inversores es también que los agresivos recortes de los gobiernos contribuyan a profundizar la desaceleración de la actividad que ya se sintió en las economías del bloque, con un crecimiento de por sí más débil que en Estados Unidos. Una caída en la actividad impacta sobre los ingresos fiscales y hace aún más vulnerable la capacidad de pago de sus deudas.
El Cronista | El Colono del Oeste
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