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Juan de Ávila estuvo de misionero por España predicando a Cristo. Lo enviaron a prisión injustamente y allí escribió su más grande obra 




Martirologio romano: En Montilla, en Andalucía, España, Memoria litúrgica de San Juan de Ávila, un sacerdote, que estuvo de misionero por todo el país predicando a Cristo, y habiendo sido acusado injustamente de herejía, fue enviado a prisión, donde escribió la parte más importante de su doctrina espiritual.

San Juan de Ávila es Patrono del clero diocesano español

Resumen: San Juan de Ávila vivió en el siglo XVI. Tuvo un conocimiento bastante profundo de las Sagradas Escrituras, y siempre ardió en su corazón el espíritu misionero. Él supo cómo penetrar los misterios y adentrarse con sumplesa en la profundidad de la redención realizada por nuestro Señor Jesucristo para toda la humanidad. Hombre de Dios, unido a la oración constante y apostólica. Se dedicó fervientemente a la predicación y el a cumplir con todos los sacramentos con mucha fidelidad pasión, concentrando sus esfuerzos en mejorar la formación de los futuros sacerdotes, religiosos y laicos, con vistas a una fecunda reforma de la Iglesia. Colaboró con sus grandes santos contemporáneos españoles como Ignacio de Loyola, Francisco de Borja, Pedro de Alcántara y Teresa de Ávila generando en ellos muchos frutos espirituales. Fue beatificado en 1894 y canonizado en 1970. El Papa Benedicto XVI lo proclamó "Doctor de la Iglesia" el 07 de octubre de 2012

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Biografía

San Juan de Ávila nació en Almodóvar del Campo (Ciudad Real) el 6 de enero de 1499. Apenas cumplidos los 14 años le envió su padre a estudiar leyes en el centro de estudios y de las Artes de Salamanca. Después de estar allí durante 4 años tuvo un "particular llamamiento" (vocación), de modo que dejó sus estudios y volvió a casa de sus padres, pidiéndoles que le dejaran estar en un aposento apartado de la casa, como así hicieron. En Almodóvar persevera durante 3 años en una "vida de gran recogimiento, con frecuencia de sacramentos y muchas horas de oración ante el Sagrario".

En 1520, sus padres lo enviaron a estudiar Artes y Teología a la Universidad de Alcalá de Henares. Fue ordenado sacerdote en 1526 (por aquel entonces ya habían muerto sus padres). Celebró la primera misa en su pueblo natal, Almodóvar, y para festejar dicho acontecimiento invitó a comer a doce pobres y repartió entre los necesitados su herencia: el valor de una mina de plata estimada en más de cinco mil ducados.

Enseguida marcha a Sevilla, con el proyecto de zarpar desde allí hacia las Indias para evangelizarlas, proyecto que no se llevó a cabo, pues el arzobispo de Sevilla, D. Alonso Manrique, le mandó por precepto de santa obediencia que abandonara esa idea y que evangelizase Andalucía, labor a la que desde entonces se consagró de lleno y por la que sería llamado Apóstol de Andalucía

El 22 de julio de 1526, día de la Magdalena, en la Iglesia de San Salvador, asistiendo el arzobispo y otra gente principal fue donde predicó su primer sermón. Pronto salió a predicar por los pueblos del arzobispado (Écija, Alcalá de Guadaira, Lebrija, Jérez, etc...). Tenía fama de hombre de vida recogida y dado al estudio.

Cuando San Juan de Ávila predicaba se llenaban las iglesias. Hacía sermones incluso en las plazas públicas, no aceptaba limosnas y si algo le querían dar les rogaba que se lo entregasen a los pobres. 

La dura prueba de un falso testimonio

Fue denunciado a la Inquisición. Le imputaban una serie de cargos a raíz de ciertas declaraciones que había hecho en diversas ocasiones, según las cuales había de ser considerado como un alumbrado luterano. El Santo Oficio dictó contra él orden de prisión. Estuvo encarcelado en el Castillo de San Jorge, en Triana. El proceso duró desde el otoño de 1531 hasta el otoño de 1532. Hacia diciembre de 1532 Juan de Ávila responde a todos los cargos que le hacen. Fue absuelto en la sentencia que se dictó el 5 de julio de 1533. Durante los meses de su prisión tradujo el Kempis y comenzó a escribir la que sería su obra más importante: el Audi, Filia, un célebre comentario al salmo 44, versos 11 y 12, para una señora convertida por él en Écija, Sancha Carrillo.

Aquella experiencia no hizo sino pulir aún más su afán apostólico. A comienzos de 1535 partió para Córdoba, donde continuó su predicación por muchos días con grande concurso de oyentes y satisfacción de todos.

A finales de 1536 se dirige hacia Granada, en cuya ciudad se ofreció, de nuevo, al trabajo de la predicación: Predica, confiesa, dirige, escribe, reúne discípulos, funda colegios, aconseja a obispos, ... Su predicación impresiona y provoca grandes conversiones: Sancha Carrillo, Juan de Dios, Francisco de Borja, ... Entre los que le consultan ocasionalmente figura Teresa de Jesús. 

Su obra fundadora

La fundación de colegios fue una de las grandes preocupaciones de Juan de Ávila. Fundó más de quince colegios a lo largo de su vida. En el colegio de Baeza colocó a los mejores de sus discípulos y lo convirtió en la Universidad de la Santísima Trinidad para clérigos, la más importante de Andalucía (año 1542 y siguientes).

Contribuyó también a la aplicación del Concilio de Trento. Los últimos 16 años de su vida los pasó retirado en Montilla, debido a graves enfermedades que lo debilitaron mucho. Desde allí atendía a todos y rezaba. Murió en su modesta casa de Montilla (Córdoba) el 10 de mayo de 1569.

San Juan de Ávila, fue beatificado por León XIII el 4 de abril de 1894 y declarado patrono del clero secular por Pío XII el 2 de julio de 1946, fue canonizado por Pablo VI el 31 de mayo de 1970 y declarado Doctor de la Iglesia por Benedicto XVI el 7 de octubre de 2012

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